"Oasis también vuelve a Primera": así vivió un ovetense el éxtasis del regreso de los Gallagher en Cardiff

Más de 70.000 fans asisten en Gales al arranque de la gira de la legendaria banda británica, reunida tras 16 años de separación

Oasis regresa a los escenarios frente a 75.000 espectadores en Cardiff

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Yago González

Yago González

Cardiff (Reino Unido)

Yago González, periodista ovetense de LA NUEVA ESPAÑA, es seguidor incondicional de la banda "Oasis" y profundo conocedor de la trayectoria e historia de un grupo que marcó una época. Ha sido testigo de excepción del primer concierto, este viernes en Cardiff, tras la reunificación de los hermanos Noel y Liam Gallagher. Un hito mundial de la música contado a través de los ojos de este periodista asturiano.

La eufórica marea humana, formada por más de 70.000 almas, que invade el estadio Principality de Cardiff (Gales) ha esperado 16 años por este momento. Imagínense, no sé, a un niño esperando 16 años para abrir su regalo de Reyes, a un enamorado suspirando 16 años por su enamorada o a un equipo de fútbol soñando durante 16 años (incluso algunos más) con regresar a Primera.

Esa misma ansiedad bulle en el interior de los fans que, este viernes 4 de julio, aguardan la salida al escenario de la mítica banda británica Oasis. Han sido 16 años (en concreto, 5.810 días y sus respectivas noches) desde que el 28 de agosto de 2009, tras una monumental bronca entre los hermanos Gallagher, el grupo de Manchester se disolviera y dejara huérfana a una legión de seguidores. Pero la travesía del desierto finalizó hace un año con el anuncio de la reconciliación y de una gira mundial para este 2025. En apenas unas horas se evaporaron más de un millón de entradas para la treintena de conciertos previstos hasta noviembre (por desgracia, ninguno en España). Cardiff ha sido el lugar elegido por los Gallagher para el inicio de una reconquista embriagada de nostalgia y emoción.

Oasis es una institución en el Reino Unido, donde dominaron la escena musical a mediados de los años 90. Su importancia en el imaginario cultural británico compite con la Union Jack, el fish n’ chips, los Beatles y la Princesa Diana. ‘Wonderwall’ y ‘Don’t look back in anger’, sus canciones más famosas, son himnos generacionales; y millones de adolescentes (y adultos) han seguido sus pasos estéticos: flequillos tupidos, gafas de sol y parkas abrochadas hasta arriba. No obstante, los dominios de Oasis se extienden más allá de las Islas, y el arranque de la gira en Gales ha concitado a fans de varios países. En el vagón del atestado tren de Londres a Cardiff en el que se desplaza este cronista viajan, además de aficionados ingleses ataviados con camisetas de la banda, un nutrido grupo de italianos y un matrimonio de Toledo.

El momento del éxtasis con Oasis

Todos confluyen en el Principality al caer la tarde. El techo retráctil del estadio está cerrado y cobija a los 70.000 seguidores, que han calentado motores con Richard Ashcroft, amigo de los Gallagher y exlíder de "The Verve", otra icónica banda de los 90. A las 20:15 se apagan las luces y se enciende el delirio: en los altavoces suena “Fuckin’ in the bushes”, petardazo instrumental que históricamente ha introducido los conciertos de Oasis. Las tres pantallas gigantes muestran un ‘collage’ de los titulares de prensa y los tuits sobre la noticia de la reunificación del grupo. Las gargantas congregadas en el recinto se unen en un solo rugido. Éxtasis.

Y entonces aparecen ellos: Noel Gallagher (58 años), el cerebro creativo, el compositor de todos sus éxitos, el guitarrista; y su hermano Liam (52 años), el cantante, el carismático, el chulo. Salen al escenario, ojo, con las manos estrechadas y alzadas, victoriosas. Esto es noticia: han sido 16 años de incomunicación absoluta entre ellos, de declaraciones hirientes. La ruptura parecía irreversible, pero no. El deshielo ha acabado esta noche en Cardiff y ha brindado una de las imágenes de la década en la escena musical. Les acompañan, además, tres ex miembros: Paul ‘Bonehead’ Arthurs (guitarra rítmica), Gem Archer (guitarra) y Andy Bell (bajo).

Los motivos de una reunificación histórica

No conviene engañarse: hay dos razones principales que han desembocado en esta gira. Dos razones mezcladas, casi indistinguibles: dinero y nostalgia, nostalgia y dinero. Desde la disolución en 2009, las respectivas carreras en solitario de los Gallagher no han sido ni la sombra de sus años de gloria en Oasis (un poco más exitosa la de Liam), y Noel ha atravesado un costosísimo divorcio de su segunda esposa, Sara MacDonald. Un periplo de conciertos preñados de sus grandes canciones es una máquina de imprimir billetes: en la prensa británica se habla de unos ingresos totales en torno a los 1.000 millones de libras.

Pero a los fans de Cardiff eso no les importa. Han acudido para escuchar los himnos de sus ídolos, y estos van a satisfacer con creces esa necesidad. En el recinto cunde la variedad intergeneracional, desde niños hasta abueletes: hay quienes crecieron con Oasis como banda sonora de sus vidas y quienes nacieron después de su ruptura, escuchando a sus mayores hablar de esa arrolladora banda que incendió Inglaterra cuando no existía ni internet. Como los hinchas del Oviedo, la grey de Oasis se reparte entre quienes todos estos años han anhelado el retorno y quienes han rogado por su primera vez en Primera.

Un momento del concierto, desde el lugar en el que lo pudo disfrutar Yago González.

Un momento del concierto, desde el lugar en el que lo pudo disfrutar Yago González. / Yago González

Un repertorio con los exitazos de Oasis

Durante dos horas, el repertorio de 23 canciones recorre los exitazos del conjunto, sobre todo de sus dos primeros discos (‘Definitely Maybe’ y ‘What’s the story? Morning Glory’), ignorando casi por completo su obra posterior a 1997 (la excepción es ‘Little by little’, de 2002). Y no es para menos: la última década de su trayectoria, salvo destellos puntuales, braceó entre la mediocridad. Los desganados últimos conciertos a los que asistió este periodista (en Madrid en 2005 y en Benicássim en 2009, un mes antes de la implosión) eran el retrato de su decadencia.

Por eso, esta noche en Cardiff los Gallagher juegan descaradamente sobre seguro, encadenando un clásico tras otro: ‘Morning Glory’, ‘Some might say’, ‘Acquiesce’, ‘Supersonic’, ‘Cigarettes & Alcohol’, ‘Whatever'… Ni rastro de esas supuestas nuevas canciones con las que se llegó a especular en este año de espera. Sí hay un par de concesiones para los fans pata negra: ‘Fade Away’ (de su colección de caras B, ‘The Masterplan’) y ‘ D’you know what I mean’ (primer tema de su tercer álbum, ‘Be Here Now’). Noel toma el protagonismo durante tres números, entre los que destaca la entrañable ‘Half the world away’, coreada por un público rendido a los pies de los mancunianos. Otro momento emotivo tiene lugar durante ‘Live forever’ que incluye un recuerdo a Diogo Jota, el jugador del Liverpool fallecido en Zamora. Los asistentes cantan, chillan, botan, se abrazan.

El bloque principal cierra con ‘Rock n’ roll star’ (con un videmontaje de imágenes de los Gallagher en su apogeo noventero, explicitando que la nostalgia es la gasolina de la noche) y, después, cuatro bises como cuatro bombas de memoria emocional: ‘The Masterplan’, ‘Don’t look back in anger’, ‘Wonderwall’ y ‘Champagne supernova’. El sistema límbico de los 70.000 fans se hace fosfatina y Liam lo agradece: “Gracias por soportarnos a lo largo de los años”.

El público abandona el Principality con máximo civismo (el estereotipo del fan de Oasis como un ‘hooligan’ cavernícola es una leyenda del pasado), desconocidos comentan el concierto y en las calles de Cardiff siguen sonando las melodías de los hermanos Gallagher como himnos de un misal laico. Ha sido una fiesta. La primera de muchas fiestas. Es verdad que Caín acabó matando a Abel, pero ellos no tenían una banda de rock que alimentó las almas de varias generaciones.

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