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El análisis del sportinguista volador: estamos en KO anímico, ¿quién nos ayudará?

El nuevo técnico que llegue tendrá una misión titánica, levantar a una plantilla hundida psicológicamente: este Sporting, más que futbolísticamente, está en knockout anímico desde hace años cada vez que llega una mala racha y ahí es donde se tiene que ver la mano y el liderazgo desde el banquillo.

Dubasin cae ante Lucas Alcázar, durante el partido de ayer en Castalia. Partido correspondiente a la jornada 8 de Segunda División temporada 2025-2026 entre el CD Castellón y el Sport. Gijón. Nou Estadi Castalia Partido CD Castellon - Sporting Gijon

Dubasin cae ante Lucas Alcázar, durante el partido de ayer en Castalia. Partido correspondiente a la jornada 8 de Segunda División temporada 2025-2026 entre el CD Castellón y el Sport. Gijón. Nou Estadi Castalia Partido CD Castellon - Sporting Gijon / ANDRÉS MENÉNDEZ| Saolab/Factoria 9 / FC9

Diego Álvarez Bada

Diego Álvarez Bada

Diego Álvarez Bada trabaja como sobrecargo de aviación en la línea bandera de México. Es fundador y presidente de la peña "La villa de Quini", la primera y la única peña sportinguista oficial en México y fuera de España. Hasta diez veces al año vuela a España para ver los partidos del Sporting.

El Sporting perdió por quinta vez consecutiva, esta vez por 3-1 en Castellón, un campo que históricamente se le atraganta. Tras este resultado se confirmó lo que se sospechaba que podría venir, la destitución de Asier Garitano como entrenador del conjunto rojiblanco.

Fue un partido sin alma, sin intensidad y sin respuestas. El Castellón fue dominador absoluto, y el Sporting mostró su peor cara, especialmente en defensa, con una gestión durante el partido que una vez más rozó lo lamentable.

El equipo nunca compitió ante un rival muy superior. El Castellón se adelantó pronto, a los diez minutos, y el Sporting solo empató por un error del portero rival, más por casualidad que por mérito propio. Antes del descanso, una mano infantil de Diego Sánchez volvió a condenar al equipo. Y en la segunda parte, los cambios de Garitano fueron imperdonables. Quitó a un mediocampista (Loum), para meter a Kembo como tercer central. El Francés debutaba en Segunda después de mucho tiempo y acabó dejando una imagen muy pobre. En el tercer gol local, ya al final, quedó expuesta su falta de nivel para competir en el fútbol profesional. Por algo ni Mar, ni Albes y apenas hasta este domingo Garitano le habían dado minutos en liga.

Así terminó la corta etapa de Garitano en Gijón. Quién lo iba a decir hace apenas un mes, cuando el Sporting sumaba 9 puntos de 9 y parecía por fin haber encontrado el camino. Se veía en el, a un técnico que podía echar raíces en el Sporting y todo se derrumbó en cuestión de semanas. De la ilusión a la decepción absoluta. Yo tenía muchas esperanzas puestas en el mister, un técnico con experiencia en la categoría, que había sabido dar orden, estilo y confianza a la plantilla. Que era coherente con lo que hacía, era un técnico muy práctico a la hora de hacer las cosas y no le gustaban los inventos. Que en el final de la temporada pasada nos había sacado las castañas del fuego. Pero algo se rompió. La presión estas últimas semanas pudo con él, las decisiones fueron erróneas, la gestión y lectura durante los partidos fue terrible, y el equipo se hundió sin reacción.

El Sporting vuelve a estar donde tantas veces en los últimos años, perdido, sin rumbo, atrapado en una crisis que va más allá del césped. Hay una crisis deportiva, pero también institucional. El filial sigue sin competir al nivel que debería. El Sporting Atlético está lejos de los primeros puestos y lleva cinco años que no puede salir de Tercera RFEF. Ni siquiera en las categorías inferiores se ve el proyecto que prometió Orlegi. Han pasado más de tres años desde su llegada, y el club sigue cometiendo los mismos errores y una pésima gestión deportiva.

La planificación deportiva vuelve a ser deficiente. Los fichajes llegan tarde y no se pueden adaptar. Muchos suplentes no están al nivel de la categoría, y el fondo de armario es insuficiente. Desde hace años se pide un delantero que por lo menos tenga un nivel razonablemente bueno para entrar de cambio y pueda ser un revulsivo en los momentos de necesidad, pero este no llega y parece ser que no llegará. Los centrales siguen cometiendo errores de bulto, y el equipo ya es uno de los más goleados de la categoría. No importa que entrenador llegue, por más top que sea, esto no bastará, ni solucionará nada, si no se cambia la forma de planificar y de trabajar desde arriba.

El nuevo técnico que llegue tendrá una misión titánica, levantar a una plantilla hundida psicológicamente. Porque este Sporting, más que futbolísticamente, está en knockout anímico desde hace años cada vez que llega una mala racha y ahí es donde se tiene que ver la mano y el liderazgo desde el banquillo. Esto antes de poner orden en una plantilla que también necesita saber a qué debe y puede jugar.

El domingo viajaré una vez más desde México hasta Gijón, para estar en El Molinón ante el Racing de Santander. Un Racing que llega en plena forma, con José Alberto, un viejo conocido que nos tiene tomada la cartilla. El nuevo entrenador apenas tendrá días para preparar el partido, y sinceramente, se antoja un reto casi imposible. Pero allí estaré, haciendo una vez más un viaje largo y lleno de sacrificio con la esperanza de ver alguna señal de vida.

Son más de 10 horas de vuelo, más escalas, y una ilusión que, aunque golpeada, seguirá viva. Porque a pesar de todo, uno nunca deja de creer, “inocente de mi”. Ojalá esta vez el Sporting me regale algo distinto, una victoria, una reacción, o al menos una mejor cara para regresar a México con el corazón un poco menos roto. ¡Oh! Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?

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