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El ovetense que pinta a la vez como un maestro y como un niño expone su sorprendente obra en Madrid

Iván Quesada, uno de los creadores más inclasificables del panorama contemporáneo asturiano, lleva su obra a la feria Estampa de la capital

Iván Quesada ante una de las obras que expondrá en la feria Estampa de Madrid

Iván Quesada ante una de las obras que expondrá en la feria Estampa de Madrid

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

La pintura del ovetense Iván Quesada vive en una tensión perpetua entre el dominio técnico de un virtuoso y la osadía natural del niño que pinta por primera vez. “Me gusta esa pelea”, confiesa el artista ovetense, que vuelve a poner su obra en circulación nacional al participar en la Feria Estampa de Madrid, que se celebrará del 9 al 12 de octubre, representado por la galería Aurora Vigil-Escalera.

Un detalle de Iván Quesada pintando uno de sus cuadros.

Un detalle de Iván Quesada pintando uno de sus cuadros. / .

La mano del pintor Quesada sabe demasiado y, al tiempo, decide olvidar todo lo aprendido. Ahí radica la sorpresa que produce una obra que combina la destreza con la inocencia. “Procuro siempre darle una vuelta de tuerca más y sorprenderme a mí mismo. Buscar nuevos caminos”, dice este creador ovetense nacido en 1976. “Lo que tienen en común las obras que presentaré en Estampa es que tienen mucho color y muestran que sigo experimentando”, explica. Su estudio no es un laboratorio de certezas, sino un espacio abierto a una cierta incertidumbre. “Cuando llegas al estudio es como un baile entre tú y la pintura. Avanzas por un camino intermedio entre lo que la pintura te va revelando y lo que tú vas queriendo”, cuenta. “Tienes que equivocarte para encontrar ese punto. Si no, siempre haces lo mismo”.

Una de las últimas obras el artista ovetense Iván Quesada

Una de las últimas obras el artista ovetense Iván Quesada / .

El artista no teme al error: lo necesita. Es ahí, en el instante del desvío, donde encuentra el rumbo. “A veces llego con una idea concreta y luego siempre va apareciendo otra. El cuadro te lo va pidiendo”, reconoce. “Al final lo que más me interesa es la pintura en sí, como color, como forma, como expresión, más que el tema, que siempre está ligado a la expresividad de la pintura en sí”.

Ese impulso de exploración y de búsqueda constante de la libertad creadora que mantiene Iván Quesada se traduce en una obra vibrante y muy inclasificable: clásica y vanguardista a la vez. O todo lo contrario.

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