Adquisiciones culturales en la sociedad

El enorme desafío que supone el intercambio entre las diferentes culturas

Adquisiciones culturales en la sociedadAdquisiciones culturales en la sociedad

Adquisiciones culturales en la sociedadAdquisiciones culturales en la sociedad / Pablo García

Valentín Martínez-Otero Pérez

Valentín Martínez-Otero Pérez

Valentín Martínez-Otero Pérez es Profesor de la Universidad Complutense y Presidente del Centro Asturiano de Madrid

El debate sobre la apropiación cultural gana protagonismo, pero surge la polémica y hasta el conflicto cuando determinados elementos de una cultura son adoptados por otra sin el contexto o el respeto adecuados. Es lo que plantea Balzer en un libro recientemente traducido a nuestro idioma en el que se refiere a la ética de la apropiación cultural. Considera necesaria una apropiación reflexiva, responsable y solidaria que incluya lo inicialmente extraño en lo propio y contraria a la lucha de todos contra todos.

Ciertamente, la cultura es dinámica y evoluciona siempre, aunque haya una cierta continuidad cultural que permite mantener un sentido de identidad y pertenencia. Hay elementos culturales en los que los cambios se hacen más evidentes, pero ni siquiera en la lengua, los valores, las creencias, las tradiciones o la gastronomía la estabilidad es absoluta. Esto se debe a múltiples factores, a menudo interrelacionados, tales como la interacción social, que posibilita el intercambio de ideas, costumbres y prácticas; los avances tecnológicos, que influyen significativamente en cómo nos comunicamos, trabajamos y entretenemos; la globalización, que impulsa veloces y extensas variaciones; los medios masivos, que difunden y moldean conductas y tendencias; la movilidad, el turismo y el fenómeno migratorio, que abren las puertas a nuevas ideas y costumbres; la educación en su más amplio sentido, no únicamente escolar, que puede favorecer el análisis crítico y la innovación; las transformaciones políticas y económicas, que modifican algunas estructuras sociales y las prioridades culturales; así como los acontecimientos históricos y sociales, que suelen provocar cambios culturales profundos y duraderos.

Este dinamismo cultural es bien conocido en las Casas Regionales, en las cuales la interacción con el lugar de implantación es constante. Además, la necesidad de adaptarse a nuevas circunstancias a menudo impulsa la evolución de las tradiciones. Las Casas Regionales, celosas guardianas, preservan y difunden las tradiciones y costumbres de las tierras de origen, pero también son entidades abiertas que facilitan el intercambio fraterno, promueven el diálogo intercultural, mixturan elementos tradicionales con nuevas influencias y generan expresiones originales que enriquecen a sus miembros, a la propia cultura a la que vivifican y a la comunidad en la que se ubican.

Las Casas Regionales preservan y difunden las tradiciones y costumbres de las tierras de origen, pero también son entidades abiertas que facilitan el intercambio fraterno

Las Casas Regionales, baluartes, puentes y vanguardias culturales, promueven una visión ampliada de la identidad. Nos referimos a una "identidad unidiversa" que invierte el título de la canción de Facundo Cabral, "No soy de aquí ni soy de allá", porque, gracias a estas instituciones, la experiencia cultural de muchos emigrantes asturianos, o de cualquier otro lugar, y sus descendientes es de afirmación identitaria: somos de aquí, de allá y de acullá.

La cultura, por tanto, no es estática; se adapta y cambia en respuesta a diversos estímulos internos y externos, posibilita que las personas y las sociedades se ajusten a nuevos contextos y desafíos.

Por ello, parece relevante distinguir la "apropiación", que, como es sabido, puede ser indebida o ilícita, de lo que denominamos "adquisición cultural", un proceso más inclusivo y enriquecedor que refleja la evolución natural y el intercambio positivo entre personas de distintas culturas. La adquisición cultural carece de las connotaciones negativas que pueden acompañar a la apropiación cultural. Se refiere a la adopción consciente o inconciente de elementos de otra cultura. De forma consciente, por ejemplo, cuando se aprende otro idioma en la escuela o cuando se consumen intencionalmente productos culturales foráneos. De manera inconsciente a través de la socialización diaria en ámbitos escolares o laborales.

El concepto de "adquisición cultural" implica un continuo ir y venir entre las diversas culturas, potencialmente beneficioso, aunque no exento de riesgos, como cuando se justifican bajo el manto de la "cultura" prácticas aberrantes. Lo que es indudable es que la cerrazón y el narcisismo cultural, a veces llevados al fanatismo, son barreras para el intercambio cultural y la convivencia. Estos fenómenos, que fomentan el rechazo y la desconfianza han de ser contrarrestados activamente. Las prácticas discriminatorias no solo afectan a los que vienen de allende nuestras fronteras, sino que también empobrecen culturalmente a la sociedad receptora. La resistencia al flujo cultural a menudo se basa en un sentido de superioridad cultural y en el miedo a perder la identidad cultural propia.

Este intercambio cultural plantea un gran desafío para el despliegue cívico-social porque, en ocasiones, se generan tensiones sobre la preservación de la propia cultura, se avivan prejuicios y estereotipos, y las dinámicas de poder y las desigualdades socioeconómicas pueden lastrar el proceso. Esto es especialmente crítico si no se gestionan adecuadamente los cambios y no se cuenta con una legislación apropiada ni con políticas educativas y sociales inclusivas.

Las Casas Regionales siguen teniendo un papel importante en relación con la inmigración actual y en las sociedades cada vez más multiculturales. Queremos felicitar por ello la iniciativa de LA NUEVA ESPAÑA denominada "Asturias Exterior", que aspira a ser un "Centro Asturiano global", una Asturias que interconecte a los asturianos dondequiera que estén, que recoja y reúna lo mejor de cada cual, una red viva y vivificadora que impulse el liderazgo transformador y potencie nuestra savia cultural, fruto de adquisiciones diversas, en el conjunto de España y en el mundo.

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