Asturias es rural, Asturias es ganadera y Asturias es calidad alimentaria. Una realidad en la que la IGP Ternera Asturiana es una pieza fundamental, vertebradora de esa faceta ganadera de la región, sustancial a su cultura, modeladora de territorio y guardiana de tradición vinculada al oficio ganadero. Pero mantenerla viva no es solo cuestión de arraigo o nostalgia, sino de presente y expectativas de un prometedor futuro, en la medida que la producción de carne en Asturias así entendida genera 33,6 millones de euros anuales al sector primario de la región. Y hay datos para el optimismo, pues el volumen de certificación y valor comercial del sello no ha dejado de crecer desde sus inicios, ni tampoco en los últimos años, a pesar de las innumerables amenazas que sufre el sector. Así, en los últimos siete años, las ventas de Ternera Asturiana han crecido un 20% en Asturias y un 60% fuera, y el potencial de crecimiento de la marca es aún mucho mayor. Y es que ni la pandemia ha podido con ella, puesto que la IGP siguió creciendo durante 2020 con un volumen de certificación cercano a los siete millones de kilos y más de 24.000 terneros, lo que supone un aumento del 1,6% respecto a 2019. Un incremento que ha sido posible porque en el pasado 2020 se inscribieron en los registros de la marca 178 explotaciones nuevas, 7 cebaderos y 13 nuevos comercializadores.
Esas expectativas de futuro vienen de la mano de los numerosos jóvenes que, vocacionalmente, han heredado un oficio patrimonio de la tierra que habitan y trabajan. Y Ternera Asturiana, desde su compromiso con la responsabilidad social, apuesta claramente por la visibilización del sector, esforzándose desde hace años en poner rostro a las personas que trabajan haciendo posible el éxito del sello, especialmente de esos jóvenes que garantizan el relevo generacional.
Es evidente que una de las grandes apuestas del sector agroalimentario asturiano pasa por la IGP Ternera Asturiana. Cuando hace ya 18 años nació su Consejo Regulador, su objetivo era asegurar la calidad de la carne producida en Asturias, certificando y garantizando el origen de las razas de vacuno asturianas, su alimentación natural y un sistema sostenible de producción. Tras casi dos décadas de andadura, el sello asturiano no ha parado de crecer, situándose como la cuarta denominación de origen de España, y hoy su carne está entre las mejores de Europa por su terneza, jugosidad y valor nutritivo.
Aunque los buenos datos acompañan en lo que a valor comercial y certificación se refiere, la producción de Ternera Asturiana va más allá de las cifras o de un aspecto fundamental como es la alimentación. Las vacas forman parte del paisaje asturiano y la actividad ganadera resulta modeladora de este paisaje, generadora de economía en el medio rural, guardiana de cultura y tradición e imprescindible para que los pueblos dejen de vaciarse.
Y es que hablar de Ternera Asturiana IGP es hablar de miles de ganaderías de pequeño tamaño, generalmente familiares, que unidas representan un enorme potencial productivo de carne de calidad, siglos de tradición ganadera poniendo en valor un origen, Asturias, un entorno y una manera de producción bajo parámetros de sostenibilidad medioambiental y bienestar animal.
El papel femenino en la ganadería regional
En Asturias, más de la mitad de las explotaciones ganaderas están a nombre de mujeres, las vacas se crían en extensivo, pastando al aire libre la mayor parte del año, y existe una secular cultura ganadera expresada en espacios de pastoreo impresionantes y en concursos de reses multitudinarios en los que se demuestra pasión, amor y compromiso con los animales.
El Principado cuenta con hombres y mujeres jóvenes que quieren mantener la vida en el campo, ganaderos y ganaderas del siglo XXI, comprometidos con una forma de vida, comprometidos con la Asturias rural, en la que la mujer siempre fue el pilar clave de la actividad. “En la ganadería de carne asturiana hay un enorme futuro sobretodo porque tenemos un producto de excelente calidad bajo cualquier parámetro que se quiera aplicar.” no se cansan de señalar desde la marca.
