El impresionante desfiladero de Los Beyos, por el que discurren las aguas del río Sella, presta su nombre a un queso que tradicionalmente se viene produciendo y madurando en los pueblos de esta zona de los Picos de Europa: la IGP Queso Los Beyos. Dependiendo de si está elaborado con leche de vaca, de oveja o de cabra, este adopta unos matices diferentes, pero en los tres casos conserva características comunes: corteza delgada y rugosa; pasta semidura o dura, compacta, sin ojos, desmenuzable al corte, y textura firme. Del mismo modo, el sabor, el olor y los aromas dependen también de la materia prima. Las piezas elaboradas con leche de vaca son más suaves que las elaboradas con leches de oveja y cabra; estas son más intensas, aunque siempre agradables y equilibradas, en tanto que aquellas presentan cierto regusto láctico freso. De forma cilíndrica entre 9 y 10 cm de diámetro y 6 a 9 de altura, su peso oscila entre los 250 y los 500 g. Se puede elaborar a base de leche pasteurizada, en cuyo caso se dejará madurar durante un periodo mínimo de 20 días, o a base de leche cruda, lo que exigirá un mínimo de maduración de 60 días.

Los quesos amparados por la IGP “Queso Los Beyos” deben ir identificados con la etiqueta propia de la quesería junto con la contraetiqueta numerada, en la que se incluye el logo de la Indicación Geográfica Protegida IGP “Queso Los Beyos”, lo que evidencia que su elaboración cumple con los requisitos establecidos en el Pliego de Condiciones. La zona de elaboración y producción está en los municipios de Ponga y Amieva en Asturias; y Oseja de Sajambre, en León.