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El mundo rural asturiano aglutina un compendio de oportunidades de futuro para Asturias, en el que la revolución tecnológica, la digitalización y el cambio climático suponen un escenario novedoso que abre la puerta a la innovación en los más variados sectores y que juntos suponen una cadena de valor de incalculable provecho. La nueva estrategia europea de recuperación del medio rural y de los pueblos puede suponer un gran trampolín para el Principado, cuyas marcas de comercialización se han convertido en seña de identidad que sólo debe ir a más.
LA NUEVA ESPAÑA ha analizado esta mañana todos estos factores en un encuentro digital con el título “Un nuevo futuro rural”, con el patrocinio de Caja Rural de Asturias, Foro Interalimentario y el Ayuntamiento de Oviedo. Los ponentes han puesto sobre la mesa las claves de la apuesta que, sin duda, debe realizar el Principado. Como ponentes en el encuentro han estado Covadonga Díaz, concejala de Juventud y Festejos del ayuntamiento de Oviedo; Jesús Arango, economista y exconsejero del Principado de Asturias; Rubén Fernández, presidente de IGP Ternera Asturiana; Juan Díaz, gerente de Asincar; Jaime García; presidente de ARCA, y Tino Cortina, presidente de la DOP Sidra de Asturias.
Covadonga Díaz lamentó que la falta de competencias y de recursos impidan al ayuntamiento ovetense poner en marcha más iniciativas en el medio rural del municipio. Mostró el “orgullo” del Consistorio por la celebración de la Feria de la Ascensión, que se inaugura mañana “tras el parón” que supuso la pandemia y que obligó a que la cita de 2020 fuera virtual, “aunque sirvió para mantener encendida la llama del campo asturiano”.
La Feria de la Ascensión tiene dos objetivos: reivindicar el campo ovetense y el apoyo al sector agroalimentario. Un ejemplo es la celebración del “Cheese talent”, que se celebra mañana viernes. La feria ganadera aún habrá que aplazarla a la próxima edición.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Oviedo sigue trabajando para dotar al concejo con un recinto ferial en La Florida para acoger la Feria del Ascensión y otras citas a lo largo del año.
“Recuperar el campo asturiano como factor económico de primer nivel es un objetivo. El campo está en nuestros orígenes y también en nuestro futuro”, aseguró la edil ovetense.
Jesús Arango llegó, una vez más, cargado de propuestas y de críticas al Ejecutivo asturiano por sus políticas erróneas. “El cambio debe ser radical en la política asturiana”, aseguró. Ante el giro de la política europea para impulsar el medio rural, propuso crear una red de zonas de montaña escasamente pobladas, en la que Asturias debe liderar el proyecto para defender ese territorio ante la UE.
En el marco de ese nuevo enfoque estratégico, el economista y exconsejero del Ejecutivo regional propone seis líneas de actuación: un plan de mejora de la rentabilidad agraria; impulsar la comarcalización; crear centros de innovación polivalentes apoyando la formación en habilidades de tecnologías de la información; convertir las aldeas en distritos tecnológicos; aprovechar y sacar rendimiento a los montes comunales; y apoyar el turismo inteligente y el agroturismo.
Jesús Arango, que desgranó sus propuestas, reclamó al Principado “menos cariño a los pueblos y a las zonas rurales y más presupuesto” e ideas innovadoras de aprovechamiento de los recursos naturales de la región.
“Estamos ante la ola del renacimiento y la revolución que habrá después de la pandemia. Y ante una la de ese tipo hay que coger la tabla de surf de la tecnología, la imaginación y las ideas y ponerse a surfear”, remarcó.
Rubén Fernández, es el presidente de IGP Asturiana, “una marca consolidada e identificable”, que aporta más de 3,5 millones de euros al sector primario, más de siete millones de kilos de carne y más de 6.000 familias repartidas por toda la geografía asturiana.
“Los jóvenes queremos quedarnos en el medio rural, y es muy importante el apoyo institucional. Necesitamos más ayuda presupuestaria para quedarnos y tener un medio de vida digno”, señaló Fernández.
También destacó que “los productos de marca de calidad diferenciada son necesarios, porque la alimentación es primordial”.
El siguiente ponente fue Juan Díaz, gerente de Asincar, un instituto que pone al servicio del sector agroalimentario asturiano no solo conocimiento y dinamización, sino también un centro tecnológico con casi una treintena de investigadores para crear conocimiento, transferirlo e implantarlo en el campo asturiano.
“Más de 600 pequeñas y medianas empresas agroalimentarias asentadas en el medio rural pueden disponer de estos medios. Y más de un millar de personas se forman al año en procesos productivos y medios digitales”, explicó Díaz.
La pandemia ha cambiado por completo el escenario y las más de medio centenar de empresas que acuden a Asincar "en busca de ayuda y apoyo saben que es necesario diversificar la cartera de clientes, aprovechar nuevos canales de distribución y venta y que las marcas que aseguran calidad son el futuro”. En este sentido, Alimentos del Paraíso se visualiza como un buen vehículo para la comercialización.
El nuevo escenario de oportunidades se abre con los binomios gastronomía-turismo, y alimentación-salud. Todo ello apoyado también en la transformación digital. “Tradición e innovación deben ir de la mano para ayudar al sector agroalimentario y al mundo rural”, afirmó el gerente de Asincar.
Jaime García es el presidente de ARCA, la asociación que aglutina al turismo rural asturiano, para el que se ha diseñado un plan estratégico, sustentado en cuatro ejes: ecoturismo, digitalización, promoción y comercialización.
“La actividad va a estar muy vinculado al medio natural y las figuras de protección. Son un lujo que nos va a permitir desestacionalizar, porque lo que se busca ahora son los destinos sostenibles. Entre la oferta de actividades complementarias que ofrecemos los alojamientos turísticos está en el sector productivo en los pueblos, creando economía, y ayudamos a comercializar el producto local, que queremos incorporar como producto vinculado”, aseguró Jaime García.
Para este sector, Asturias es un “destino turístico maduro y hay que pasar de la teoría a la práctica. Podemos seguir discutiendo en modo analógico y perder el tiempo o pasar a lo digital. Nosotros creemos en una red fuerte en la región, formamos parte de la cadena de valor”, añadió.
Tino Cortina, presidente de la DOP Sidra de Asturias, planteó una pregunta: ¿Cómo han podido sobrevivir la manzana y la sidra entre tanta hostilidad? Tras hacer un repaso al desarrollo de las pomaradas en décadas anteriores, Cortina expuso un par de datos. El precio de la manzana para sidra es de 27 céntimos el kilo, lastrado además por el producto foráneo, que es más barato. Pero con denominación de origen, es de 36 céntimos, “porque el producto final lo permite”. “El cosechero quiere y debe tener rentabilidad, y solo hay futuro si apostamos por la denominación de origen protegida de la sidra. Calidad y no cantidad”, remarcó.
Por supuesto, este sector tiene sus reivindicaciones, como formar fruticultores y recuperar la figura de apoyo al agricultor; penalizar las fincas improductivas; favorecer el cooperativismo respetando a los independientes; incentivar el cultivo de manzana y permitir el cierre de fincas para evitar la entrada de animales, apostar fuerte por la denominación de origen; apoyo político para promocionar el producto autóctono dentro y fuera de la región, y erradicar la mala imagen del ganadero y el agricultor. Para esto último, Tino Cortina propuso implantar en los colegios la “Semana del Campo”.
“Es necesario corregir errores, ser optimistas y empezar ya a trabajar, porque hay futuro si las cosas se hacen bien”, remarcó para finalizar.