El aumento continuado de la demanda de queso gamonéu convierte en urgente la necesidad de nuevas grutas para la maduración del producto, más aún ahora con la implantación de tres nuevas queserías. Así lo asegura Belén Bulnes, presidenta de la Denominación de Origen Protegida (DOP), que subraya que la Cueva Oscura, donde once productores curan sus piezas, se ha quedado pequeña.
Los elaboradores lo advirtieron a principios de año, pero la urgencia ahora es mayor al aumentar el número de productores. "Algunos tienen cuevas propias, pero para dar cabida a la nueva maduración habrá que tener un sitio antes de incorporarse al sector, hay que planteárselo con más urgencia ahora", comenta Bulnes. Hace unas semanas el Gobierno del Principado anunció un inventario de cuevas para estudiar la viabilidad en cada una de ellas. Se habló también de habilitar la Covalierda, pero "aún no sabemos nada concreto", lamenta la presidenta del colectivo de queseros.
Si se ataja el problema de la falta de cuevas, el horizonte aparece despejado, porque el gamonéu vive uno de sus mejores momentos. "No manejamos datos, pero la producción actual se vende anualmente y habría, seguro, para más. Cuando alguien se decide a abrir una quesería es porque sabe que puede funcionar y el mercado puede absorberlo. Hay que plantearse las ventas fuera de Asturias, incluso fuera de España; por ahí pasa, yo creo, el futuro del aumento de las ventas", asume Bulnes. Por el momento, apunta, "la promoción que suponen las nuevas incorporaciones para el queso es algo positivo para todos", subraya. La presidenta de la DOP augura un buen futuro a los nuevos queseros "si saben que este va a ser un trabajo muy duro".
Por su parte, el presidente de la Cofradía del Queso Gamonéu, Favila Quintana, opina que las nuevas queserías que se van a poner en marcha suponen "una noticia importante y muy interesante para el queso", pero advierte de que no se puede dejar olvidada la variedad del puertu, que "también debería aumentar el número de productores". Actualmente son cuatro los elaboradores que, durante cinco meses, suben a sus cabañas de Picos de Europa, pero estaría bien, a ojos de Quintana, que emprendieran la actividad nuevas generaciones". "Actualmente hay relevo, pero no el suficiente; la mayor parte de los elaboradores son mayores y el futuro, aunque lo hay, pronto será una preocupación".
