Avilés

«No me esperaba este reconocimiento. Trabajas porque te gusta, no porque te vayan a dar premios. Yo nací para crear y moriré creando y me siento con muchas fuerzas para afrontar el estupendo futuro que nos espera».

Daniel Alonso empezó hace 50 años con un taller de chapa en Avilés, la ciudad a la que emigró desde Burgos en busca de un porvenir más esperanzador para su familia. Hoy, con 1.700 empleados, es el segundo mayor empleador de la comarca, sólo superado por la multinacional Arcelor. La sociedad que recientemente ha creado con la multinacional vasca Gamesa para construir torres eólicas es el espaldarazo definitivo al salto internacional de la compañía. «Son 50 años de mucho trabajo, y ahora recojo los frutos de tanto esfuerzo».