Noreña, E. LAGAR

Hará una década que Faustino Quince empezó a intuir que el futuro de su empresa no estaba precisamente en hacer las cosas a lo grande. Más bien al contrario. «Sobre 1996 empezamos a dejar de fabricar autobuses grandes, donde veíamos que ya no podíamos seguir siendo competitivos, y nos centramos en los microbuses», apunta este empresario noreñense, director comercial y copropietario junto a su socio José María Fernández Suárez de Carrocerías Ferqui. Esta firma, rara avis en un reino cárnico, no sólo ha triunfado en el sector del microbús -fabrica 200 al año-, sino que da una lección de apertura al extranjero: exporta a Centroeuropa y Reino Unido casi el 90 por ciento de su producción. Lo pequeño sobre ruedas les ha reportado no pocas satisfacciones. Ahora se preparan para dar un paso más en un proceso de expansión: está terminándose la construcción de la fábrica que abrirán en la ciudad turca de Bursa. Allí carrozarán uno de los modelos que hasta ahora fabricaban en Noreña.

Este proceso de internacionalización de Ferqui, que en una década ha pasado de 48 a 80 empleados, ha venido, en cierta manera, rodado. En la factoría de Turquía -un nuevo negocio que cuenta con un socio turco y otro holandés- carrozarán el microbús de 14 plazas que desde hace una década producen para la multinacional del automóvil Ford.

La aventura empresarial con Ford, que ahora les ha llevado a dar el salto a Turquía, surgió cuando los de Ferqui crearon a mediados de los noventa un microbús sobre el chasis de una furgoneta Ford Transit. Inicialmente, fabricaron ese vehículo para un cliente que se había hecho con la contrata para transportar a los pilotos de Aviaco desde el aeropuerto a sus domicilios. Los pasajeros se quejaban de que las furgonetas de transporte eran muy incómodas, así que el concesionario de la línea pidió a Ferqui un nuevo vehículo.

Y Ferqui se lo dio. Pero no se quedó ahí. Los empresarios noreñenses también se lo enseñaron a Ford. La multinacional, que en esos momentos buscaba un vehículo que cubriera ese segmento del mercado, aceptó incluirlo en su catálogo oficial. Desde entonces, Ferqui actúa como si fuera una extensión en Noreña de la cadena de producción de Ford.

«Pero en estos años vimos que el microbús Ford que hacíamos iba perdiendo competitividad y ahora, para reducir los costes de producción, hemos decidido acercarnos a la factoría que Ford tiene en Turquía», explica Quince, la segunda generación de una empresa fundada por su padre, Elías Quince, y por Óscar Fernández, progenitor de su actual socio. Con las nuevas instalaciones en Turquía, esos noreñenses esperan recuperar la competitividad perdida y revitalizar la salida al mercado europeo de su modelo. La nueva fábrica tiene capacidad para 200 unidades al año.

Pero eso no quiere decir que abandonen su actividad en Noreña. Ni mucho menos. La apuesta por el microbús les ha permitido centrarse en un tipo de mercado con demanda en la Europa Central. «Nosotros hacemos vehículos para cortos recorridos. Conexiones con aeropuertos, rutas turísticas por los centros históricos de las ciudades o pequeños grupos de empresa. Hay una tendencia a personalizar el transporte», indica Quince.

Ferqui aporta diseño -«en eso los españoles somos muy buenos»- y precios competitivos. Fabrica varios modelos, hasta un máximo de 35 plazas, sobre chasis Iveco y Mercedes. La práctica totalidad de sus vehículos (casi sale uno al día de su factoría noreñense) son enviados a clientes del extranjero. Por ello no resulta raro ver fabricar vehículos con el volante a la derecha. Van con destino al Reino Unido. Faustino Quince tiene claro que la exportación es el futuro y cuál es el secreto para empezar a exportar: «Tener la voluntad y hacerlo. No hay más».