Cristina Esteban y Tini Navas eliminan con la escoba y la gamuza cualquier vestigio del «bar de resistencia», puesto en marcha en los palacios de Justicia de Oviedo y Gijón para paliar los efectos de la huelga. En total, 30.000 euros que ahora serán repartidos entre los funcionarios movilizados para que el paro pase lo más sigilosamente posible por encima de sus nóminas. Es la una y media de la tarde de ayer. Primer día de actividad en los juzgados asturianos tras dos meses y un día de huelga.

La normalidad volvió ayer a la justicia. Las tareas fueron poco más allá de la organización de los miles de papeles acumulados sobre las mesas y la apertura del correo pendiente. Ana Peláez, funcionaria de la Sección Tercera de la Audiencia, redacta una sentencia de un juicio que finalizó a comienzos de febrero. Pese a estar tomada la decisión desde hace más de sesenta días, el fallo no fue pasado a ordenador ni, por supuesto, notificado por los efectos de la huelga. Y como ésta, cientos.

La situación es parecida en todos los juzgados. El Registro Civil de Oviedo es uno de los ejemplos claros de las consecuencias del paro. Los funcionarios no levantan cabeza. Además del papel, hay 500 peticiones hechas por internet, partidas de nacimiento o matrimonio principalmente, para tramitar nacionalidades.

En Gijón, los ordenadores del Registro Civil no dejaron a los funcionarios volver a desarrollar su trabajo tras la huelga. Un fallo en el sistema informático hizo que el servicio público estuviera parado desde las once y media de la mañana hasta las dos de la tarde.

A la sede del registro en la calle Decano Prendes Pando llegaron numerosos ciudadanos en la mañana de ayer. Todos ellos esperanzados con el final de la huelga. Nuria Muñiz es un ejemplo. La gijonesa lleva un mes esperando el certificado de defunción de su padre. Ya, ni se desespera.

Ignacio Vidau, presidente del Tribunal Superior de Justicia, celebró el fin de la huelga. Tras ofrecer su colaboración, pidió al Ministerio el inicio, «cuanto antes», de los planes de actuación para sacar adelante el retraso.

Cristina Esteban y Tini Navas recogen el «bar solidario» instalado durante la huelga en el Palacio de Justicia de Oviedo. Con esta iniciativa, los funcionarios recaudaron más de 30.000 euros, que servirán para paliar los efectos económicos de la huelga. A primera hora de la mañana aún hubo un desayuno solidario, a cargo de la asociación de inmigrantes Ayra.

Ana Suero, la auxilio judicial de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, empujaba ayer un carrito de supermercado con docenas de carpetas con asuntos pendientes. Los expedientes se acumulan en los armarios. Ya han dejado de «adornar» los suelos de los juzgados de toda Asturias, como ocurrió durante la movilización.