Manuela Carmena Castrillo (1944), una de las magistradas más conocidas de la izquierda judicial, participó ayer en las jornadas organizadas en Oviedo por Jueces para la Democracia. Carmena era la titular del despacho de abogados laboralistas de Atocha asaltado por ultraderechistas en 1977, con cinco asesinados. Posteriormente pasó a la carrera judicial y fue juez penitenciaria, puesto en que se distinguió por su lucha por mejorar las condiciones de los presos. Vocal en el penúltimo Consejo del Poder Judicial, ahora es magistrada en la Audiencia Provincial de Madrid, donde ratificó el sobreseimiento del caso de las sedaciones de Leganés. Carmena considera imprescindible una mejora en la gestión de la justicia.

-¿En el caso de Mari Luz Cortés ha fallado el sistema o se hacen necesarias reformas?

-Desde hace mucho tiempo hablamos de la necesidad de la modernización y no acaba de cuajar. Para que no sucedan este tipo de cosas es muy importante que haya una buena capacidad de gestión. En este caso ha fallado un trámite de gestión, ha habido una serie de órdenes mal cumplidas. La sociedad tiene todo el derecho a exigir que la Justicia funcione como organización de manera correcta y que gestione bien. Sin perjuicio de que la gestión no puede ser una tarea judicial en sí misma, sino que debe ser una tarea de la organización, para permitir al juez un desarrollo correcto de su función.

-Algunos plantean la cadena perpetua. ¿Entramos en un terreno resbaladizo?

-Lo importante para la defensa de la sociedad es que disminuyan los crímenes y que haya, por tanto, una eficacia en la justicia. Tenemos que mirar si existe una relación entre la disminución del crimen y el endurecimiento de las penas. Las estadísticas nos dicen que no, y creo que el caso de Estados Unidos es emblemático. Es el país que tiene más personas presas y el mayor índice de delitos, a pesar de que tiene la cadena perpetua e incluso la pena de muerte. Eso aleja la necesidad de estar constantemente planteando la agravación de penas. En cambio, hay medidas, como el carné por puntos, que se están demostrando muy eficaces. Igual que se ha hecho en Tráfico, hagamos una política criminal inteligente.

-En el caso de Huelva se ha hablado de un exceso de trabajo. ¿Hacen falta más medios?

-Lo más importante es gestionar lo que tenemos. Somos una organización que no tiene pautas de gestión, que no tiene gestores. A la justicia hay que desburocratizarla y gestionarla correctamente. Hay que mejorar los recursos que tenemos y gestionarlos bien. Tenemos un registro de antecedentes penales. Seguramente hay que mejorarlo y gestionarlo bien, pero no crear otro.

-¿Iría mejor con la nueva oficina judicial?

-Por supuesto. No hay un gestor de la libertad provisional. Si estuviese centralizada en un servicio, no habría pasado el caso de Huelva. Hubiese bastado para que a esa persona se la localizase inmediatamente. La justicia es como la medicina. No podemos decir: hay que operar a todo el mundo. Hay que individualizarla, porque, como trabajamos con seres humanos, si no la individualizamos, no la hacemos eficaz.

-¿Es posible despolitizar la justicia?

-Es imprescindible. Yo tengo la esperanza de que la politización no es la que se percibe. Pueden estar politizadas las estructuras directivas. La base, no, es independiente. Y por encima, más que una politización, hay un cierto anquilosamiento en un partidismo absurdo, pero eso se soluciona si la estructura directiva es consciente de su responsabilidad en la gestión y de que es responsable del éxito de la política criminal. Entonces se acaba el problema. Entonces ya no vamos a pensar tanto en las politiquerías y vamos a intentar ser eficaces.

-A usted la han atacado mucho por el sobreseimiento del caso de las sedaciones del Hospital de Leganés.

-Eso no tiene ninguna importancia, los ciudadanos están en su perfecto derecho de criticar una decisión judicial. Hemos dado todo tipo de explicaciones a los denunciantes. Nosotros somos los superiores jerárquicos del Juzgado que instruyó el caso y hemos tomado las decisiones que considerábamos más oportunas, y que eran las que ya había tomado el juez de Leganés, esto es, el sobreseimiento. Lo único que hicimos fue precisar los términos de ese sobreseimiento.

-¿Hace falta un debate serio sobre la eutanasia?

-Pues sí, vendría bien ese debate serio. Está en todas partes, en Francia, en Estados Unidos. Es necesario.

-Usted estaba en el despacho de los abogados laboralistas de Atocha asesinados en 1977. En los últimos años se habla de un reverdecer de la extrema derecha. ¿Comparte ese análisis?

-Yo creo que no. Creo que la extrema derecha de entonces estaba tan enraizada en lo que había sido tantos años de dictadura franquista que tenía un sitio y una explicación. Ahora la democratización profunda de la sociedad hace que cualquier incidencia que haya en ese sentido sea episódica, poco importante y efímera.

«En el suceso de Mari Luz ha fallado un trámite de gestión, ha habido una serie de órdenes mal cumplidas»

«Estados Unidos es el país con más presos y más delitos, pese a la cadena perpetua y la pena de muerte»

«La politización de la justicia se acabará cuando la jerarquía directiva sea consciente de que es responsable del éxito de la política criminal»

«La profunda democratización hace que la extrema derecha sea episódica»