Langreo,

L. M. D.

Gabriel Campal Montes es taxista en Langreo, y una de sus máximas preocupaciones se centra en «en el mayor problema de nuestro gremio», que no es otro que «el de la seguridad». Según Campal, «somos carne de cañón. Desde el Gobierno deberían tomarse medidas para rebajar esta peligrosidad».

Según este taxista, «se está avanzando en la materia, con subvenciones para la modernización de los equipos de los coches, pero en cuanto a la seguridad propiamente dicha, aún queda mucho que hacer. Un turno de noche en algunas zonas de Oviedo o Gijón es muy duro». Otro aspecto que mejorar sería el referente a la jubilación. «Es una profesión en que, con más edad, pegas un bajón físico importante. Debería poder rebajarse la edad de la jubilación, como pasa con los conductores de autobús o los transportistas, que pueden entrar en caja a los 60 años. Estás en un trabajo de cara al público y, cuando tienes cierta edad y ya llevas unas cuantas horas al volante, no rindes de la misma forma. Eso es peligroso.