Oviedo, E. URQUIOLA

Pedro Bádenas de la Peña, profesor de Investigación del CSIC, y el diplomático Miguel Ángel Vecino, miembro del Comité Español de Estudios del Sureste Europeo, participaron en la mesa redonda «La independencia de Kosovo, problemas y perspectivas», organizada por Tribuna Ciudadana y celebrada el viernes en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Bádenas consideró «ficticio» el temor a que la independencia de Kosovo pueda provocar un efecto dominó.

Vecino hizo un repaso sobre la historia de los Balcanes para entender la cuestión de Kosovo y la repercusión de este suceso en la comunidad internacional. Asuntos como la instauración hecha por Josip Broz, «Tito», de la Provincia Autónoma de Kosovo dentro de Serbia en 1974, en la que se le reconocían «todos los derechos de una República Federada»; la aparición de Milosevic y su apoyo a los serbios; la anulación de la autonomía de Kosovo por el Parlamento de Belgrado y la movilización de tropas federales para poner «en las vías de orden a dicha provincia» fueron tratados ampliamente por Vecino.

El especialista explicó que en la década de los noventa se entró en una etapa de «represión brutal» con la expulsión de los albano kosovares del sistema educativo, de la sanidad, de sus empleos y del territorio. «El kosovar siempre ha estado bajo la tutela de otro poder y, por ello, se han acostumbrado a vivir en clanes al margen del Estado», indicó el especialista.

Con los antecedentes expuestos, Vecino llegó al año 2005, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU envió al ex presidente finlandés Martti Ahtisaari para redactar un estatuto que pusiese en orden la situación en la región. Los albano kosovares partían del principio de independencia y los serbios sólo estaban dispuestos a admitir «una amplia autonomía». El 26 de marzo de 2007, el borrador del estatuto, donde se manifestaba la independencia de Kosovo, fue enviado a la ONU. Para Vecino, «no se pudo llegar a un acuerdo y, al final, se declaró unilateralmente la independencia con un estatuto que difícilmente se puede considerar que dé independencia a un país. Más bien es una independencia controlada por un procónsul», argumentó.

Por su parte, Bádenas, helenista y ex director del Instituto Cervantes en Atenas, expuso que la tendencia a la creación de pequeños estados, llamada «balcanización», ha tenido un epígono con la independencia de Kosovo. El problema que se plantea, dijo, es «la globalización de la balcanización». Para el experto, desde la desaparición del «comunismo real», la tendencia a la fragmentación y consolidación de entidades estatales «utilizando como pretexto la pureza étnica» con rasgos de identificación religiosos, culturales o históricos «parece no tener fin».

Y una de las cuestiones fundamentales es cuál será la repercusión de este fenómeno en países como España. Bádenas subrayó que «el temor a desestabilizaciones inmediatas y efectos dominó es ficticio», ya que cada caso es distinto. En este punto, Vecino incidió: «En Córcega, Cataluña o el País Vasco, no estamos ante el hecho de una limpieza étnica».