Según los científicos, el ornitorrinco es el mamífero genéticamente más alejado del hombre, aunque sólo les diferencia un 20 por ciento de genes. Nos maravilla que tenga pico de pato, piel de topo, ancas de rana y ponga huevos. En realidad, un ornitorrinco podría maravillarse igual de que tengamos boca de mono, piel de rata, hábitos de lobo e incubemos en vientre. Por otra parte, un ornitorrinco despreciará la poca resistencia de la especie humana, visto lo que ha tenido que cambiar y adaptarse para sobrevivir. «Una especie oportunista y acomodaticia, muy poco de fiar», podría decir. Pero lo más chocante del hombre -para un ornitorrinco- será, sin duda, que haya desarrollado un órgano, que llama cerebro, cuya programación básica consiste en depredar toda la vida que tiene alrededor y acabar cada día con alguna especie. «Me llaman raro, pero es porque no se ven», dirá el ornitorrinco.