Villayón, T. CASCUDO

Los vecinos de Villayón tienen estos días un buen tema de conversación en los bares del pueblo: la localización de osos en la zona alta del municipio. Un hecho insólito en el concejo que ha generado escepticismo en algunos, pero del que da buena fe Pablo Pérez, un joven que el pasado día 3 de mayo estuvo a punto de atropellar a un ejemplar de oso en la localidad de Trabada.

«Iba en el coche de camino a las fiestas de Ponticiella cuando al dar una curva se me cruzó un animal en el medio de la carretera», explica Pablo Pérez, de 18 años y vecino de Berbeguera, que al principio creyó que era un jabalí, pero luego «tuve claro que era un oso pequeño, se distingue perfectamente». Ante su incredulidad, el animal se paseó delante de los focos de su coche por espacio de 20 metros, hasta que decidió escapar hacia un área de monte bajo y eucalipto característica de la zona.

El joven asegura que el oso era de pequeño tamaño, lo que contrasta con las descripciones de otros vecinos de localidades próximas a Trabada, que afirman haber visto a un ejemplar adulto. La Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica ha explicado que en este caso «es probable que sea un solo animal y que sea macho», puesto que «si quienes lo vieron no son expertos es fácil que, según la distancia o la luz, el oso te parezca más o menos grande».

Los expertos afirman que lo más normal es que haya sido un macho joven, ya que las hembras son «más territoriales y tienen un área de campeo mucho más reducida, por criterios de alimentación y seguridad».

Fuentes de la plataforma indican que, pese a lo sorprendente de la visita, no es raro que los osos lleguen a esta zona, pues «tanto Villayón como los Oscos están dentro del área de distribución potencial que fija el plan de recuperación del oso pardo». Es más, aseguran que «es probable que la zona tenga potencial para albergar osos si se pone freno a la expansión de parques eólicos y se cambian los tratamientos forestales que se están aplicando en la comarca». Tanto las torres eólicas como la proliferación de pistas forestales motivan el deterioro del entorno y, según subrayan desde la plataforma, «roban el hábitat del oso».

Este colectivo da credibilidad al avistamiento de osos en Villayón, porque el concejo linda al sur con Allande y Tineo, «zonas de campeo ocasional con características aptas para su desarrollo». Además, aseguran que se trata «de una buena noticia» y piden tranquilidad a la población, ya que «el oso no es peligroso y los vecinos no tienen de qué preocuparse».

No obstante, apuntan que esta localización tampoco tiene que significar un movimiento expansivo del plantígrado, dado que «los movimientos raros de los osos siempre han existido». En los años ochenta, por ejemplo, un coche atropelló a un ejemplar en Cudillero, y en la zona lucense de Quiroga se ha descubierto algún ejemplar.