Oviedo, Juan A. ARDURA

«En tiempo de turbulencias no hacer mudanza». El consejo del fundador de los jesuitas, Ignacio de Loyola, ha encontrado acomodo en el PP asturiano, que en las últimas semanas asiste cariacontecido a las turbulencias que azotan la estructura nacional del partido y que tienen su punto de mira en el congreso que celebrarán los populares en el cuarto fin de semana de junio. La crudeza del embate que amenaza la sede de los populares en la madrileña calle de Génova ha dejado en un plano muy secundario la toma de posiciones ante la renovación del PP de Asturias, anunciada como el remedio a todos sus males tras la derrota electoral del pasado 9-M.

«Ahora lo que toca es el debate de la situación nacional», señaló ayer a este periódico un destacado dirigente del PP regional. Alicia Castro mantiene el período de reflexión que solicitó para decidir si disputa a Ovidio Sánchez la presidencia regional del partido tras recibir el apoyo de militantes de más de una treintena de juntas locales. En definitiva, los populares asturianos, tras varias semanas de fuego cruzado, con participación incluida de Francisco Álvarez-Cascos, han optado por la cautela y la calma.

San Ignacio de Loyola hizo célebre su máxima cuando la Compañía de Jesús estaba en el punto de mira de los estados más poderosos de su tiempo por la influencia y el peso alcanzado en el seno de la Iglesia. La derrota a manos del PSOE en las pasadas elecciones generales tuvo en Gabino de Lorenzo su primer damnificado en Asturias. El alcalde de Oviedo asumió personalmente la primera victoria socialista en unas generales en doce años renunciando a su acta de diputado. Pero los críticos con la gestión de Ovidio Sánchez al frente del PP asturiano vieron una oportunidad para, mensaje de renovación de por medio, reclamar cambios en la dirección regional del partido.

El presidente del PP asturiano también maniobró con rapidez. Por un lado, mostró su apoyo personal a Mariano Rajoy para seguir al frente del partido; por el otro puso al frente de los trabajos de preparación del congreso nacional de Valencia y del posterior regional al trío o triunvirato integrado por los diputados regionales Fernando Goñi y Joaquín Aréstegui y por el concejal ovetense Agustín Iglesias Caunedo.

Entre tanto, los críticos lanzaron una campaña de apoyo en torno a Alicia Castro, quien en septiembre había anunciado su deseo de abandonar la primera línea de la política para dedicarse a la empresa privada. La ya ex diputada del PP solicitó un tiempo de reflexión, que mantiene. Sus compañeros de viaje han optado por una actividad latente -que no retirada, según aseguran-, conscientes de que los acontecimientos del congreso nacional, que tendrá lugar en Valencia el 19, 20, 21 y 22 de junio, pueden tener su influencia en el cónclave regional, previsto para el próximo otoño. Y en ese contexto, el secretario general del PP asturiano, Reinerio Álvarez, también ha marcado su terreno, distanciándose de las últimas decisiones de su presidente, Ovidio Sánchez, y reclamando un papel arbitral en el proceso de renovación del partido, muy discutido por quienes, como Agustín Iglesias Caunedo, defienden que el actual presidente regional es el dirigente idóneo para capitanear la renovación del PP de Asturias.

Ante esta situación de rifirrafe nacional, retirada de Eduardo Zaplana y de Ángel Acebes, críticas de la líder del PP en el País Vasco, María San Gil, y erosión mediática de la figura de Mariano Rajoy, en Asturias toca esperar. Una situación que para muchos de sus protagonistas responde a una lógica aplastante, acontecimientos del PP nacional aparte, porque ninguna organización puede resistir un debate interno diario durante los prácticamente cinco meses que faltan hasta el congreso regional.