"Paca" y "Tola", los dos únicos ejemplares de la especie de oso cantábrico puros que viven en cautividad, cambiarán mañana de cercado para juntarse con "Furaco", el ejemplar cedido por el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, en Cantabria, para intentar la reproducción de estos dos ejemplares.

Las dos osas, que viven en semilibertad en las instalaciones de la Casa del Oso, en Proaza, tras convertirse en un símbolo de la protección de esta especie después de que unos furtivos mataran a su madre, han mostrado ya síntomas de celo tras permanecer junto a "Furaco", aunque en cercados separados, desde el pasado 22 abril.

Los tres animales permanecían desde entonces en las nuevas instalaciones habilitadas para facilitar su adaptación antes de que las hembras entrasen en celo e intentar entonces el cruce.

Las nuevas instalaciones también permiten un fácil manejo de los animales sin tener que recurrir a métodos químicos de inmovilización, como por ejemplo anestesias, y evitan cualquier contratiempo desde el punto de vista de la seguridad.

"Furaco", un ejemplar de 302 kilos y de entre 12 y 14 años, fue seleccionado por los responsables del Parque de Cabárceno entre los 60 ejemplares con que cuenta esta instalación, tras estudiar durante seis años el tamaño, el peso, el aspecto, el perfil hormonal y la producción de esperma de los ejemplares más idóneos.

Al no haber podido aprender con su madre como hacen los osos en sus dos primeros años de vida, "Paca" y "Tola" no saben comportarse como el resto de ejemplares de su especie, que se reproducen hasta los 25 años por lo que los veterinarios deben aprovechar al máximo el encuentro dado que cuentan ya con veinte años.

Las 'prestaciones' de "Furaco" fueron alabadas por el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, durante la presentación del nuevo cercado y garantizó que el ejemplar procedente de Cantabria no iba a "fallar" en su intento de preñar a 'Paca' y 'Tola'.

"Le hemos cuidado con absoluto mimo: ha comido anchoas y sobaos y hasta las avestruces de Cabárceno corrían riesgo en los últimos días", declaró entonces el presidente cántabro.

"Paca" y "Tola" fueron entregadas al Fondo Asturiano para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) en junio de 1989 cuando contaban cinco meses después de que dos furtivos mataran a su madre.

Las osas, tras permanecer acogidas durante algún tiempo en Cataluña, vivieron durante cinco años en el Parque Cinegético Nacional de El Hosquillo, en Cuenca, hasta que el Gobierno asturiano habilitó el cercado donde ahora residen.

El recinto en el que viven, integrado en la denominada "Senda del Oso", fue construido en 1996 y es visitado cada año por decenas de miles de personas que reciben información sobre la importancia de la conservación de esta especie en peligro de extinción en su hábitat natural de la Cordillera Cantábrica.