Oviedo, M. M.

La Junta General, en su particular recreación de aquel mayo de 1808, ofreció ayer a las autoridades un refrigerio con platos de la época, aunque Eduardo Méndez Riestra, presidente de la Academia de Gastronomía Asturiana, remarcó que se habían tomado «licencias históricas» por falta de documentación.

El refrigerio arrancó con el «consumado de ave», que era como hace dos siglos se denominaba al consomé. A continuación, «potaje de Cuaresma», que era como se conocía al cocido de garbanzos con bacalao, porque era típico de días de vigilia en buena parte de España. En aquel entonces, en Asturias se servía sólo los días de celebración, porque el garbanzo era una legumbre selecta.

El «estofado de negritos con chorizo» era un guiso de fabes, un plato cotidiano, aunque el chorizo sólo se usaba en casos excepcionales porque era muy preciado. Los «tacos de salmón» sólo se servían en casas de dinero.

«Los soldaditos de Pavía» eran tacos de bacalao rebozados en buñuelo y el «batallón» era la carne guisada o gobernada, que se llamaba así porque se daba a las tropas. Para beber, sidra de pera.