Oviedo

Oviedo, Juan A. ARDURA

El síndico Antonio Arias devolvió el pasado mes de abril a la Universidad unos 3.000 euros que había percibido de la institución docente durante nueve mensualidades en concepto de antigüedad. Arias no tenía derecho a esos emolumentos porque se encuentra en excedencia de la Universidad desde su incorporación a la Sindicatura de Cuentas y es este órgano el que le paga el complemento de antigüedad desde 2005, como el propio síndico precisó a este periódico.

La Universidad inició los pagos de los trienios a Antonio Arias el pasado verano, unos abonos que la institución docente prolongó con carácter mensual hasta el inicio de esta primavera. Al detectar esos pagos indebidos, la gerencia de la Universidad reclamó su devolución al síndico, que los reintegró a la institución docente en su totalidad en abril.

Antonio Arias comunicó esa situación a la Sindicatura de Cuentas en cuanto tuvo conocimiento del requerimiento de la gerencia de la Universidad, según relató ayer a LA NUEVA ESPAÑA: «Tal como informé en la Sindicatura, la Universidad me ingresó la cantidad sin mi autorización y, unilateralmente, lo corrigió después como pago indebido y solicitó el reintegro, que hice efectivo inmediatamente» .

El equívoco pudo obedecer, según Arias, a que la Universidad abona el complemento de antigüedad, los trienios, a varias decenas de funcionarios, la mayoría profesores que se encuentran actualmente en excedencia por ocupar altos cargos en la Administración. Es el denominado personal en servicios especiales.

En esos casos, el pago del complemento por antigüedad, es decir, el abono de los trienios sí corresponde a la Universidad. La situación de Antonio Arias es diferente porque la Sindicatura de Cuentas, entidad de la que es síndico desde abril del año 2005, asumió directamente el pago de los trienios.

La Sindicatura de Cuentas es el organismo encargado de fiscalizar las cuentas públicas.