Oviedo
El Principado dejó de recibir más de doscientos millones de la Unión Europea (UE) durante 2006 y 2007, denunciaron ayer Alejandra Cuétara y Ramón García Cañal, diputados regionales del Partido Popular (PP).
García Cañal analizó la evolución de los ingresos procedentes de la Unión Europea a lo largo de los últimos ocho ejercicios. Según las cuentas del parlamentario, hasta 2005 los ingresos reales ascendieron al 90 por ciento de lo previsto, con lo cual apenas había desfases.
En 2006 y 2007, la situación cambió. En ambos ejercicios, los ingresos previstos eran 190 millones. La cantidad recibida en los dos casos se quedó aproximadamente en ochenta millones.
Para García Cañal, la situación es grave. «Son ingresos vinculados a inversiones. Por lo tanto, eso implica que esas inversiones han dejado de ejecutarse», manifestó el parlamentario del PP. En especial, cuando la situación económica no está para alegrías. «En un momento de crisis económica como el que vivimos, este tipo de hechos van en contra del crecimiento de la región», manifestó el diputado.
El parlamentario considera, además, que ésta no es una situación aislada, sino que es consecuencia de la mala gestión que hace el Gobierno regional. «Cuando la Administración funciona mal en la gestión de los fondos mineros, no cabe pensar que vaya a hacerlo bien en este tipo de asuntos», comentó. García Cañal ha criticado en varias ocasiones la ejecución de las ayudas del carbón. Según sus cálculos, cantidades muy importantes quedan sin ejecutar.
García Cañal y Alejandra Cuétara anunciaron que solicitarán la comparecencia de Jaime Rabanal, consejero de Economía, en la Junta General, para que dé explicaciones al Parlamento sobre la gestión de los fondos de la Unión Europa y aclare «los motivos que han dado lugar a esta situación».
El PP ha alertado de que la reducción progresiva del dinero que recibe Asturias de la UE -recorte que empezará a notarse en los próximos años- puede tener consecuencias económicas negativas para la región. Por eso, entiende el PP, es necesario ser lo más rigurosos posible en la ejecución de los fondos. Y más, añaden, cuando los malos datos económicos se encadenan.
