Oviedo, Luján PALACIOS

Oviedo, Luján PALACIOS

La población de lobos en Asturias está en la actualidad entre los 120 y los 200 individuos, según las estimaciones de la revisión del plan de gestión del lobo en Asturias. Los datos ofrecidos por el Principado contrastan con las cifras del año pasado, cuando se estimaba que la población de lobos llegaba a los 235 ejemplares.

Los daños ocasionados por la especie son muy abultados, a pesar del descenso en el número de ejemplares. La Administración regional estima que cada año se producen en Asturias unas 2.000 muertes de cabezas de ganado en toda la región por la acción de los lobos, lo que supone una cuantía próxima al medio millón de euros anuales en indemnizaciones.

Los datos que maneja el Principado suponen un descenso notable del número de estos animales en las zonas montañosas de la región, si bien los ganaderos siguen expresando su preocupación por los daños en sus rebaños.

La revisión del plan de gestión del lobo en Asturias, que se encuentra estos días a exposición pública, tiene como objetivo principal una conservación de la especie que resulte compatible con el adecuado desarrollo de las explotaciones agrarias. Para ello se han establecido siete áreas de gestión en todo el Principado en las que la presencia del lobo es habitual, en las que se persigue una población permanente.

Para ello, la Administración persigue optimizar la política de compensación por daños, con actuaciones que permitan minimizar los ataques sobre la cabaña ganadera. Del mismo modo, se perseguirán las actuaciones de caza ilegal y el uso de trampas y venenos.

Una de las principales novedades que se establecen en la revisión del documento es la de la autorización de batidas controladas contra el lobo durante todo el año, incluso en la época de cría, una medida con polémica para los que defienden la conservación de la especie.

A todo ello se unen otra serie de objetivos recogidos en la revisión del plan, como son el diseño de actuaciones para sensibilizar a los distintos grupos sociales implicados, especialmente de la población rural, para favorecer actividades turísticas o recreativas en torno a la especie, como ya se ha planteado en el caso del oso pardo.

Con ello, el Ejecutivo regional abriría la puerta al desarrollo de actividades complementarias que pudieran suponer una inyección económica para las áreas en las que vive el lobo, a modo de compensación por los daños causados por la especie. Del mismo modo, también se busca una valoración del lobo «como una de las grandes singularidades del rico patrimonio natural asturiano», en la difícil tarea de conciliar los intereses de todas las partes en conflicto.

La propuesta del Gobierno del Principado para el control de la población de lobos mediante batidas en todas las épocas del año ha abierto de nuevo el debate entre el Ejecutivo y los grupos conservacionistas.

La conciliación de intereses entre los pastores y los animales nunca ha sido fácil, y el Principado se ha propuesto con esta revisión del plan atender las reivindicaciones de los ganaderos y los expertos que consideran prioritario el control poblacional, para así evitar los daños al ganado.

Por otro lado, se encuentran quienes abogan por declarar al lobo especie protegida que debe ser conservada, por lo que varios grupos ecologistas ya han anunciado que presentarán alegaciones al documento, pues consideran ilegal que se mate a los lobos en época de cría.

Hasta ahora el Principado prohibía actuar contra los lobos en determinadas épocas del año, como en tiempo de nevadas o en época de cría de los lobeznos.

Además, el Gobierno sigue sin definir si los lobos son especie cinegética -que se puede cazar-, o protegida en algún grado, como reclaman algunos sectores.

Las batidas para controlar la población son el principal método contemplado en el documento de revisión del plan, si bien también se proponen otras fórmulas, como el rececho y la retirada de camadas de lobeznos cuando las hembras hayan parido.