Oviedo, M. M.

Francisco Sosa Wagner, catedrático y doctor en Derecho Administrativo y ex secretario general de la Universidad de Oviedo, será previsiblemente quien encabece la candidatura a las elecciones europeas por Unión Progreso y Democracia (UPyD), la formación política que encabeza la diputada Rosa Díez. Los comicios serán en junio de 2009.

El anuncio de la candidatura de Sosa Wagner se hizo público ayer, aunque las conversaciones se remontan a varios meses atrás, según confirmaron fuentes del partido en Asturias. «Es una buena noticia para la política y para las instituciones. El mejor candidato para defender una España unida en una Europa en la que se haga realidad el preámbulo de la Constitución que nunca se aprobó: "Un espacio especialmente propicio para la esperanza humana"», afirmó Rosa Díez.

Miembros de UPyD en Asturias mostraron su satisfacción por la noticia. «Es un gran fichaje», afirmó el profesor Jorge Uría, integrante de esta formación política.

Francisco Sosa Wagner, colaborador habitual de LA NUEVA ESPAÑA, ejerce como catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad de León, de la que fue decano entre 1996 y el 2000. Formó parte de la comisión de expertos que diseñó el modelo autonómico y defiende la necesidad de cohesionar territorialmente a España y de un Estado fuerte, que sea capaz de garantizar la equidad entre ciudadanos.

Francisco Sosa Wagner (Alhucemas, 1946)

Inició su carrera como ayudante del profesor Eduardo García de Enterría en Madrid y del profesor Ramón Martín Mateo en Bilbao.

En 1976 se le nombró Agregado de la Universidad de Oviedo, de la que fue secretario general con Teodoro López-Cuesta al frente como Rector.

Militó en el Partido Socialista Popular.

Participó, a propuesta del PSOE, en la redacción del Estatuto de Autonomía del Principado y fue vicepresidente de la Comisión de Transferencias a Asturias.

Sosa Wagner tiene docenas de publicaciones, tanto jurídicas como históricas, narrativas y de ensayo. Y ha recibido varios galardones, como el Premio Miguel Delibes en 1992 por su novela «Es indiferente llamarse Ernesto».