La novena edición del informe 'Destrucción a Toda Costa 2009', elaborado por Greenpeace, recoge que siete de los nueve espacios naturales protegidos (ENP) en Asturias se encuentran en peligro, lo que supone que "sólo el 15,6% se encuentra a salvo".

Según informó hoy Greenpeace en una nota de prensa, un total de 33.543 viviendas, dos puertos, cuatro polígonos industriales y un campo de golf se proyectan en el entorno de supuestos espacios naturales protegidos de la costa.

Los ayuntamientos son los ejecutores a la carta de los proyectos de los promotores, con la complicidad del Principado de Asturias, que promueven el urbanismo insostenible, especialmente en Tapia de Casariego, Navia, Cudillero, Castrillón, Corvera, Gozón, Oviedo, Gijón, Parres, Colunga, Llanes y Ribadeo. El entorno comprendido entre los puertos de Avilés y Gijón son otra fuente de "degradación debido al tráfico marítimo", en opinión de la organización ecologista.

Algunas "amenazas" a estos espacios naturales se reflejan en el plan urbanístico en Gozón, que amenaza el espacio de la Red Natura 2000 de Cabo Busto-Luanco; la proyección de un campo de golf en el Paisaje Protegido de Cabo de Peñas; o la ampliación del puerto deportivo y nuevos astilleros en la Ría de Ribadeo, según Greenpeace.

Con la presentación del noveno informe 'Destrucción a Toda Costa 2009', Greenpeace ha analizado, por primera vez en España, el estado de 233 espacios litorales protegidos, repartidos en los más de 8.000 kilómetros del litoral. Más de la mitad, 120, sufren algún tipo de amenaza por urbanismo, infraestructuras o contaminación.

El informe pone de manifiesto que ni siquiera los espacios naturales protegidos, amparados por la legislación, están a salvo de la destrucción del litoral que ha imperado los últimos años.

La responsable de la campaña de Costas de Greenpeace, Pilar Marcos, explicó que "la declaración de un espacio protegido les sirve a los políticos para ponerse medallas sobre su apuesta por salvar la costa". Sin embargo, "cuando años después descubren que esa protección es incompatible con algún proyecto urbanístico, intentan saltarse la norma que ellos mismos elaboraron, convirtiendo a estos espacios en 'parques de papel', en papel mojado".

"Greenpeace considera que la defensa de la costa tiene que ser incondicional por parte de las administraciones implicadas, sin rebajas ni excusas", concluyó Marcos.

Greenpeace considera que la política ambiental debe ser prioritaria. Por ello, reclama la puesta en marcha de medidas como el refuerzo de la Ley de Costas ante la crisis económica; un liderazgo claro del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino en la protección de la costa; la compra de terrenos y la demolición de edificaciones ilegales para garantizar la integridad de la costa; la elaboración de planes de gestión efectivos que frenen el acoso a los ENP de la costa; y el fin de los vertidos industriales y urbanos que están dañando la calidad de las aguas, así como la reación de planes para luchar contra la contaminación por vertidos y accidentes marítimos.

EUROPA PRESS