Oviedo, J. A. A.

Las autonomías del Noroeste han mantenido la oposición más beligerante con la reforma del modelo de financiación que ha venido defendiendo el Gobierno central, basado en primar el incremento de población. Durante el año largo transcurrido desde que el anterior ministro de Economía, Pedro Solbes, anunció su primer modelo, Asturias, Galicia, Castilla y León, Extremadura -y con menor intensidad, Cantabria- han reivindicado dar mayor peso a las variantes del envejecimiento y la dispersión para contrarrestar su menor crecimiento demográfico, que en el caso de Asturias ha sido incluso negativo.

El mayor escollo de la negociación en esta fase definitiva de la negociación se centra en la ponderación de la dispersión. Las comunidades del Noroeste, entre ellas Asturias, reivindican que la dispersión pese un 1,2 por ciento en el futuro modelo, pero la oferta del Gobierno central era sensiblemente inferior, ya que se quedaba en el 0,36 por ciento sobre el total de los recursos. Es decir, las autonomías del noroeste español aspiran a que el Gobierno central casi cuadruplique el peso de la dispersión. El valor añadido de esta variable es que, al contrario que la población o el envejecimiento, no experimentará cambios y servirá, por lo tanto, de «colchón» a las autonomías de menor crecimiento demográfico.