Qué mantenía a tantas personas enganchadas a Michael Jackson, con la firmeza de una adicción? La gente cultivada no siempre conoce el poder de una melodía, aunque sea vulgar, y más si va unida a un ritmo. La naturaleza de la melodía es un misterio. Podemos lucubrar qué cosa sea la música, pero en el asunto de la melodía se llega siempre a un límite del que no se pasa: a partir de él empieza lo inefable. Hay temas de origen remoto que viajan por la historia y son recreados una y otra vez, engastados en las más variadas composiciones. Se ha escrito que la obra de Beethoven se explica por su incapacidad para la melodía: sus colosales catedrales orquestales serían un agotamiento desesperado de los recursos musicales no melódicos. Cientos de millones de personas encontraron en las rítmicas melodías de Jackson el gancho en que engancharse a algo. Un consuelo así nunca se olvida.