Resultan admirables, desde cualquier punto de vista, los esfuerzos que se realizan para discutir que la línea de Alta Velocidad que se está construyendo entre Madrid y Asturias pueda ser considerada de Alta Velocidad. Esfuerzos discursivos que incluyen gran despliegue de datos técnicos, aportaciones de opinadores ocasionales, ex políticos nostálgicos o de políticos en ejercicio disfrazados de especialistas en ferrocarriles.

Curiosa discusión ante una obra que coloca la capacidad técnica de nuestra ingeniería a la cabeza del mundo, por sus dificultades y por su audacia. El séptimo túnel más largo del mundo cuyo coste es comparable a una autovía entre Portugal y Francia. El debate ofende al sentido común, ofende a la profesionalidad de nuestras empresas, a su prestigio internacional y a la responsabilidad planificadora de la Administración, no ya de los gobiernos, sino de la propia administración pública española. Aun así, inasequible al desaliento no falta quien sólo persigue confirmar lo que en su momento fue un juicio de valor, negativo, políticamente interesado, con la única pretensión de poner en valor la «extraordinaria gestión» del ministro superlativo que una vez hubo en Asturias a costa de intentar devaluar, deslegitimar o simplemente ocultar la gestión de quienes le sucedieron. A mí me parece más decente reconocer que uno se encuentra más a gusto con lo que hace el PP que con lo que hace el PSOE, aun cuando lo que se hace ahora, con el PSOE, sea lo mismo.

¿Acaso se puede sostener con rigor y objetividad que es preciso «un programa político de extrema necesidad para recuperar lo que nos han hurtado»? ¿Qué nos han hurtado a los asturianos y quién? ¿ El AVE? Veamos: se pretende decir que «antes» había AVE y ahora no. Cuando decimos antes, sería en fase de planificación, pues las obras comenzaron con un Gobierno socialista. Pero lo programado también se puede analizar. Creo que puede resultar de interés recordar las características técnicas del proyecto aprobado en 2003 por el Gobierno del PP; tráfico mixto de pasajeros y mercancías. Se puede, también, ver el estudio informativo previo de la Variante. Recordemos la nota de prensa elaborada por el Ministerio de Fomento, aquellos acontecimientos publicitarios que acompañaban cada una de las decisiones de la tramitación administrativa de cada obra que se hacía; se anunciaba el estudio del trazado, el encargo del proyecto, la licitación del mismo, la adjudicación, la financiación del encargo, la licitación de la obra, la adjudicación de la misma, el acta de replanteo, la primera piedra, el inicio de la obra y, si daba tiempo, la inauguración; cierto que de éstas, menos, ya que sólo gobernaron... ¡8 años!

En aquella nota de prensa se hacía mención en un cuadro descriptivo adjunto a la previsión de las mercancías que circularían por la nueva línea a través de la Variante: 4,15 millones de toneladas de productos siderúrgicos, cemento, carbón... etcétera. ¿Creen los señores del PP que son mercancías «ligeras»?

¿Por qué mienten? Lo hacen porque creen que nosotros somos desmemoriados y ellos, impunes. Y se permiten usar el calificativo grueso: «Se prostituyen nuestros proyectos, se nos hurta a los asturianos...»; cuando se les rebaten, ni se sonrojan, pasan a otra cosa y a olvidarse de lo dicho.

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En el PEIT, que es el plan de infraestructuras 2005-2020, elaborado por el Gobierno socialista, se explican las características técnicas de la línea Madrid-Valladolid-León-Asturias de Alta Velocidad, repito de Alta Velocidad: doble vía electrificada, tráfico mixto pasajeros y mercancías y ancho UIC; así está planificada y así se está construyendo, luego no será esto lo que se ha hurtado a los asturianos.

Quizá pudiéramos discutirlo, poniendo en la balanza lo que con el Gobierno del señor Aznar «salía» de Asturias y compararlo con lo que «entraba».

«Entraban», en términos de inversión pública, en los Presupuestos Generales del Estado, recursos económicos para infraestructuras, equipamientos y dotaciones en cantidades significativas que fueron casi dobladas con el Gobierno de Zapatero, y «salían» el resultado de la privatización de Arcelor, Santa Bárbara, la empresa de autopistas Aucalsa con un regalo de extensión del peaje hasta el año 2050... Son estos algunos ejemplos de lo que salía. Salía más que entraba. ¿A esto se refieren con el hurto?

Sinceramente, no creo que la discusión sea hacer «la cuenta de la vieja», deberían moderar sus expresiones y ser, si no más generosos, sí más respetuosos con el trabajo que los gobiernos realizan en materia de infraestructuras, que siempre son tributarios del trabajo realizado por sus antecesores. Al que viene le corresponde, siempre, continuar y casi siempre mejorar lo realizado, pues lo contrario es anclarse en el pasado, que en el mejor de los casos sólo le conduce a uno a la melancolía. Tengan en cuenta que cualquier tiempo pasado fue eso... pasado.