Oviedo, M. P. / Agencias

A la vuelta a España por la financiación autonómica no le salen las cuentas. Por los cuatro puntos cardinales aparecen cifras que, sumadas, sobrepasan ampliamente los 11.000 millones de euros comprometidos por el Gobierno. Todos tienen más dinero y lo cogen, pero casi todos quieren más, hasta alguna comunidad gobernada por el PSOE, y lo único cierto es que no están igual de contentos. Sin números oficiales acerca del reparto de la cantidad global, la única que ha precisado el Ministerio de Economía, la geografía del nuevo modelo financiero es desigual en la distribución de las satisfacciones.

En el termómetro de la euforia sigue muy arriba Cataluña. Ayer, el consejero de Economía, Antoni Castells, elevó la cifra que recibirá su comunidad hasta 4.028 millones de euros más en 2012, tomando como base un crecimiento del índice de ingresos tributarios del tres por ciento anual. «Como un Gobierno federal», concreta Castells. En su bola de cristal también cabe una proyección prudente, sin incluir el crecimiento de la economía en los próximos años: 3.687 millones de euros adicionales en 2012.

Los gobiernos socialistas de Extremadura y Andalucía compiten con el tripartito catalán por la mayor reacción de alegría ante el nuevo modelo de financiación. «Respetuoso con nuestra comunidad», define la consejera andaluza allí donde su homólogo extremeño ofrece «un sí sin ningún tipo de ambigüedad o reserva». No renuncia este, sin embargo, a conseguir «alguna financiación extra» por encima de los 202 millones adicionales que, según los cálculos de la Junta, recibirá Extremadura. También Castilla-La Mancha propone estirar la negociación aunque vea «bueno y prudente» el número que le asigna el Ministerio, según sus datos quinientos millones.

El «toma el dinero y corre... de momento» que se plantea Canarias, donde el PP gobierna en coalición, aconseja «no renunciar a un solo euro de los que se ponen sobre la mesa» ni tampoco a la certeza de que puede mejorar. Así se traza la frontera entre eufóricos, los pocos tibios y los críticos. Es en este último grupo donde la ofensiva se compone de reconocer que se recibe más dinero y se merece mucho más. Con excepciones como Madrid, cuyo vicepresidente afirmó que «los madrileños van a recibir menos dinero per cápita que antes», o Murcia, que con una renta per cápita inferior a la media nacional también recibe por debajo del promedio en el nuevo modelo, denuncia el Gobierno.

Entre los vecinos de Asturias, hay quienes sostienen que el modelo no tiene en cuenta algunos de los criterios que defendía el Principado. Así, Galicia opina que merece más dinero por la dispersión, Castilla y León piensa que se ha sobrevalorado la población y Cantabria disiente apoyada en la certeza de que su posición como primera comunidad en financiación per cápita es suficiente para que su presidente se diga «contento y satisfecho».

El Partido Popular, mientras, anunció ayer que si gana las próximas elecciones generales planteará una reforma del modelo. Cristóbal Montoro, responsable de Economía, aseguró que si su partido llega a la Moncloa propugnará un sistema con «nuevas premisas de prosperidad». El Grupo Popular pedirá que la Diputación Permanente debata una comparecencia urgente de la vicepresidenta Elena Salgado en el Congreso y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, justificó la abstención de sus autonomías en la votación del nuevo modelo en que tenían que «coger el dinero» para financiar sus servicios públicos «les gustara o no».