Oviedo, Cecilia

SÁNCHEZ PRIETO

Las cifras lo dicen claro: Asturias es, junto con La Rioja, la única comunidad autónoma donde no sólo no se ha reducido el número de víctimas mortales en carretera en lo que va de año, sino que se ha duplicado, con 14 fallecidos desde enero. De éstos, ocho conducían motocicletas o ciclomotores.

La Dirección General de Tráfico (DGT) se muestra optimista en el conjunto de la estadística: Hasta el segundo trimestre de 2009 se han registrado 432 accidentes mortales en España, 34 menos que el año pasado. El número de víctimas mortales ha descendido un 11,7%, pasando de 540 en 2008 a 479 víctimas por el momento. Se trata de una tendencia a la baja que se ha mantenido constante desde el año 2000, cuando se perdieron casi un millar de vidas en las carreteras. Todas las comunidades autónomas tienen motivos para alegrarse con estas cifras. Menos Asturias, ya que, aunque La Rioja también ha visto cómo engordaba su estadística, sus cifras son considerablemente menores que las registradas en el Principado, ya que pasó de tres muertos en 2008 a seis en lo que va de año.

Ocho fallecidos en accidentes de moto en Asturias desde enero, una media de más de una víctima mortal al mes; entre ellos, los dos que quitaron la vida a Manuel Corsino González Noriega y a Pedro García-Rendueles Rubio, de 16 años. El primero, cartero «de toda la vida» en la zona de Vidiago, estrelló su motocicleta contra un camión estacionado en una zona recta. La moto del segundo, Pedro García- Rendueles Rubio, colisionó frontalmente contra un turismo en una curva de la carretera de Santurio, cuando se dirigía en compañía de un amigo a comprar unos helados. A consecuencia del choque, García- Rendueles salió despedido contra un muro y falleció en el acto.

La asociación Eurorap realiza anualmente un estudio profundizado de la situación de las carreteras en varios países de la UE. En 2008 detectó hasta ocho puntos negros en las vías del Principado. Los focos de mayor riesgo se ubican en la N- 640 (enlace de Vegadeo con San Tirso y cruce de la N- 640 con la N- 634 en Barres, a la altura de Vegadeo) y en la N- 634 (conexión de la variante de Nava con Pola de Siero y comienzo de la variante de Tapia de Casariego). En 2005, el primer año que se hacía este estudio en España, Asturias y Galicia fueron las regiones con mayor número de carreteras peligrosas en proporción con el resto de España.

Juan Carlos Andrés Aguado, presidente de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), señala: «No deberíamos diferenciar las motocicletas de las cuatro ruedas, pero las infraestructuras no están preparadas». De la misma opinión es Ramón López, presidente del club de motos Ángeles del Asfalto, que afirma que, en la moto, «hay que estar a la defensiva». Gervasio Rendueles, del Club de Motos de Villaviciosa, va más lejos: «Las motos están perseguidas por la Administración, no tenemos defensa».

Rendueles señala además la existencia de «una cantidad de gente sin experiencia, que es un problema para conducir». El presidente del Club de Motos de Villaviciosa apunta que el perfil de inexpertos se corresponde con las personas que aprovecharon la nueva normativa para conducir motos de 125 centímetros cúbicos con el carné de clase B, y «cambiaron el coche por la moto». No hay acuerdo en lo que respecta a la edad de los conductores protagonistas de accidentes. Constantino Suárez, del club ovetense Motovuelta, sitúa la franja más peligrosa entre 18 y 25 años. Otras fuentes la sitúan, no obstante, en torno a los 30. Personas más conscientes de la velocidad, pero también con menos reflejos.

¿Ha influido el volumen de ventas en la siniestralidad? Hasta 2008, el sector vivía una edad dorada de cuatro años. Sólo un dato para contrastar: de 2003 a 2004 se vendieron 1478 motos en Asturias. De 2006 a 2007 (último año de que se disponen datos oficiales) se vendieron casi 5.000. Con el estallido de la crisis, la abundancia se acabó para muchos concesionarios. Un signo: el impuesto de matriculación bajó entre el 50 y el 55% en 2009. Según Juan José Díaz, gerente de Ovimoto, el incremento del número de accidentes es «por la cantidad de parque creado».

El clima es otra variable que hay que considerar para explicar la siniestralidad en la región. Al estar el asfalto mojado, las motos resbalan y se vuelve más difícil maniobrar. Para Juan Carlos Andrés (Anesdor), «el tipo de carreteras que tenemos en Asturias es para que los moteros puedan disfrutar, pero requieren pericia. A pesar de los datos negativos, no se puede tirar la toalla. El presidente de Anesdor pide a los conductores prudencia («que la gente se compre cascos homologados»), acción a la Administración («que se quiten los guardarraíles») y un esfuerzo tecnológico a las marcas para garantizar la seguridad.