Oviedo, Antonio LORCA

Las restricciones a la pesca no solucionarán el problema de la conservación de la población de salmones en los ríos asturianos. La presencia de más o menos ejemplares del «rey del río» depende, sobre todo, de las lluvias caídas en marzo y del nivel de las aguas que producen estas precipitaciones. Ésta es la conclusión a la que ha llegado Francisco Javier Lobón Cerviá, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tras más de 20 años de estudio de los salmónidos en los ríos de Asturias. Lobón afirma que «reducir la pesca del salmón puede ser una medida bien intencionada pero no creo que vaya a resolver ningún problema».

El investigador desmiente que la reducción drástica de la temporada de pesca del salmón en los ríos asturianos, que pretende llevar a cabo la Consejería de Medio Ambiente, vaya a lograr que la población de este pez se recupere. Este científico, especializado en ecología evolutiva, lleva estudiando las poblaciones de salmónidos en Asturias desde 1984, cuando comenzó a investigar en el río Esva. Lobón Cerviá establece en su estudio que la población de salmones «depende más de las condiciones ambientales del río durante el período larvario juvenil que de cualquier otro factor que influya sobre la población, incluyendo la pesca».

Lo que determina el número de salmones que habrá en los dos o tres años siguientes es «el espacio útil que hay en el río y si es apropiado para las larvas cuando éstas nacen». Un espacio que en ríos de montaña «está muy limitado», afirma Lobón. «En un río en el que hay una diversidad de velocidades y de calidades de hábitat, sólo una parte del mismo puede ser utilizado por las larvas», precisa el investigador. «Ese hábitat útil es el que determina la capacidad de carga para mantener juveniles» y esta capacidad de carga «varía de año en año, dependiendo del caudal durante el mes de marzo, que es cuando emergen las larvas». El estudio establece que «los años muy lluviosos y los muy secos son igualmente malos».

El trabajo «es el resultado de muchos años de estudio», asegura Lobón Cerviá. La idea que perseguía el investigador «era testear los principios de la teoría ecológica en poblaciones de salmónidos» y, de este modo, «conocer cómo funciona una población de esta especie y si su dinámica se ajusta a dicha teoría ecológica», que establece una «relación entre la capacidad reproductora de una población y el número de juveniles que nacen». Pues bien, «lo que hemos descubierto es que eso que parece tan lógico no se produce en los salmónidos» y que, en realidad, «en estas poblaciones no tiene nada que ver el número de reproductores con el número de juveniles que nacen cada año como resultado de ese evento reproductivo», asegura Lobón Cerviá.

En relación a las medidas que la Administración va a tomar para estimular el aumento de la población de los salmones, Lobón Cerviá se muestra crítico: «Durante 150 años de existencia de la Administración se sigue haciendo la misma política, repoblar, quitar, poner? y seguir jugando para terminar discutiendo el juego en el bar de la esquina. Y todo ello en vez de hacer una política efectiva basada en criterios científicos». En su opinión, lo que sería realmente eficaz es tomar en cuenta «los 150 años de estudios científicos realizados en todo el mundo donde se explica cómo funcionan las poblaciones de salmónidos».

El científico sabe que «en la política pesquera intervienen otros intereses diferentes a los puramente biológicos» y que «en política no siempre se pretende resolver un problema biológico sino que puede haber otros fines como, por ejemplo, concienciar a los pescadores de los problemas inherentes a estas poblaciones», si bien considera que introducir criterios científicos en la gestión de los ríos «es el desafío esperado» y supondría «cambiar radicalmente la percepción que tienen las Consejerías sobre el medio ambiente».

Este cambio de perspectiva sería para Lobón Cerviá «como cambiar de siglo» y «dejar de actuar como en el siglo XIX». «No me imagino que haya médicos que se basen en el chamanismo de la Edad Media para desarrollar su labor sanitaria», asegura. «En realidad, en España, en general, y en Asturias, en particular, la gestión de las poblaciones no está basada en el conocimiento científico», y añade que en el caso «de Asturias y de sus poblaciones continentales, nadie nunca ha tomado decisiones basadas en el conocimiento científico de las poblaciones, desde hace más de 100 años».

En la actualidad, este investigador del CSIC especializado en las poblaciones de salmón está volcado en las anguilas, también con presencia en los ríos asturianos, una población que está «en una situación caótica». «Se están extinguiendo a una velocidad sorprendente», dice Lobón, que advierte de que este hecho va a «generar un problema grave en toda Europa porque, entre otras cosas, los pescadores que vivían de su pesca se están quedando sin trabajo».

Recorte de la temporada

El inicio de la temporada de pesca del salmón se retrasa dos meses, pasando a iniciarse el 15 de mayo.

Disminución del cupo

El máximo de salmones por pescador y año que se podrán capturar pasará de ocho a tres.

Dos días de veda

Los lunes y jueves habrá veda absoluta en todos los ríos de Asturias.

Cebos

Se admiten todos los cebos los fines de semana y sólo mosca los martes, miércoles y viernes. Del 15 de junio hasta el 15 de julio sólo se podrá pescar con mosca.