Potes (Cantabria),

Marcos PALICIO

Maximiano Trapero, leonés, 45 años en Canarias, se enorgulleció ayer de poner con su obra ladrillos en el puente que une los dos lados del Atlántico a través de la lengua española. El catedrático de Filología de la Universidad de Las Palmas, experto investigador de la tradición oral, se incorporó a la nómina de defensores del español distinguidos con la medalla de oro «José Vasconcelos» 2009, un galardón que cada año concede la Fundación mexicana Frente de Afirmación Hispanista con el nombre del pedagogo decimonónico mexicano, que fue permanente apoyo de intelectuales y artistas. Entró Trapero en esa extensa y excelsa nómina de premiados desde Potes (Cantabria), la tierra de origen de la familia del impulsor del premio, Fredo Arias de la Canal; a las puertas de Asturias y de una de las cunas de la lengua española.

Trapero recibió allí su medalla «muy orgulloso, porque distingue una dimensión de mi obra de investigación que yo siempre he valorado, la visión panhispánica de la literatura oral objeto de mis estudios». Se premia, concreta, «esa condición de ser hispano por encima de español o leonés o canario, y eso me produce una honda satisfacción». Y es que cuando define su trabajo, el profesor se ve en una de sus facetas como «un encuestador. He recolectado textos orales en distintas regiones: en Asturias, en León, en Canarias? y también en América, y es así como me he dado cuenta de que, con las peculiaridades regionales de cada uno, el fondo es el mismo. Todos partimos de la misma esencia cultural, que se manifiesta en la lengua».

Para esta labor, que el presidente del Parlamento de Cantabria, Miguel Ángel Palacio, reconoció como «un trabajo con pasión en lo local con la mirada puesta en lo global», le han servido sus 45 años en Canarias. Para Maximiano Trapero, que luce en la solapa el escudo de su comunidad de adopción y ha recibido, asimismo, la medalla de oro del archipiélago, ese exilio ha resultado ser «una suerte» para su investigación.

«Desde allí», afirma, «se tiene una perspectiva más fuerte de esa condición de hispano, que no habría tenido tan patente si hubiese vivido en otro lugar. Canarias es la síntesis de los dos mundos del Atlántico, de sus dos orillas». Con ese papel de «puente» accede a la extensa relación de premiados con una medalla hecha, según los estatutos de la Fundación que la concede, a la medida de «hombres preclaros». «No me considero preclaro», responde Trapero, «pero los que están ahí lo son, y estar arropado por todos ellos es un orgullo».