Santa Cruz de Tenerife / Oviedo, Daniel MILLET / L. Á. VEGA

Un documental en fase de producción ha logrado sentar por primera vez frente a frente al líder del independentismo canario, Antonio Cubillo, y al hombre que lo intentó matar sin éxito en la mañana del 5 de abril de 1978, el allerano de Boo Juan Antonio Alfonso González. Quienes vivieron el cara a cara afirman que el sicario le llegó a pedir perdón, como ya hizo durante el juicio celebrado en Madrid en 1990. En aquel entonces, Cubillo ni siquiera le dirigió la palabra, pero, con motivo del rodaje del documental, los dos se sentaron frente a frente y Juan Antonio Alfonso contestó a todas las dudas del líder independentista, al que dejó en una silla de ruedas a navajazos.

El histórico encuentro tuvo lugar el pasado 8 de abril, apenas tres días después del 31.º aniversario del hecho que marcaría a ambos para toda la vida. Antonio Cubillo se sentaba frente a frente con el hombre que había intentado asesinarlo sin éxito, el mercenario captado por los servicios secretos españoles. Se vieron las caras tras tanto tiempo en el teatro de Tegueste, en el marco de la grabación de un documental -«Luces y sombras», producido por La Gaveta Producciones, La Mirada Producciones y Vértigo Laberíntico, y dirigido por Eduardo Cubillo, sobrino del político independentista- que aún está en fase de realización, subvencionado por el Gobierno de Canarias y que aborda la figura del ex líder del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac), pero, sobre todo, las circunstancias que concurrieron en el intento de atentado de Estado que impidió a Cubillo plantarse pocos días después ante la ONU para solicitar la descolonización de Canarias.

El encuentro se había mantenido en el más absoluto secreto hasta que lo desveló a «La Opinión» de Tenerife el propio Antonio Cubillo. Los que lo vivieron reconocen que la tensión fue electrizante, pero que transcurrido el silencio inicial, «ya no hubo quien parara la conversación». El propio Alfonso, desde Madrid, donde trabaja en el bar de una parroquia, indicó que «la conversación fue bien» y que «los años lo suavizan todo».

El propio director de la película aseguró que «estuvieron unos 40 segundos sin decirse nada, mirándose. Pero al momento comenzaron a hablar sin que hiciera falta provocar la conversación. Fue más bien un interrogatorio. Cubillo le planteó a Alfonso todas las dudas que había acumulado». Eduardo Cubillo añadió: «Fue impresionante. Se nos pusieron los pelos de punta».

Según el realizador tinerfeño, el en aquel entonces sicario, que había sido paracaidista profesional e integrante del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), «llega a pedir perdón a Cubillo durante la entrevista». Es el momento cumbre de «Luces y sombras», un largometraje que Eduardo Cubillo define como un «thriller de espionaje» que «no pretende hacer apología del independentismo bajo ningún concepto», sino simplemente «dibujar una semblanza de una figura y de un hecho de gran relevancia» en la historia contemporánea de Canarias. Eduardo Cubillo explicó, además, que «no fue tan complicado» invitar a Juan Antonio Alfonso y que la idea surgió al tener noticia de que el diario «El País» ya había preparado un encuentro entre víctima y sicario en 2008, con motivo del 30.º aniversario del intento de asesinato, que finalmente no prosperó.

Hay que recordar que Rodolfo Martín Villa, presidente de Sogecable, empresa que forma parte del mismo conglomerado empresarial que «El País» (Grupo Prisa), era ministro de Interior cuando en 1978 el Estado ordenó eliminar a Antonio Cubillo, según consta en la sentencia dictada por la Audiencia Nacional.

El actual líder del Congreso Nacional de Canarias, que sigue reivindicando la descolonización ahora a través de «El Día», ya se encontró con el mercenario durante el juicio de 1990, por el que Cubillo fue indemnizado y el principal ideólogo del ataque, el confidente de la Policía José Luis Espinosa Pardo, condenado a 20 años de cárcel. «Lo vi aquella vez, pero tenía ganas de hablar con él. Y la verdad es que aclaré muchas dudas», dijo a este diario. Juan Antonio Alfonso estaba con otro mercenario, José Luis Cortés, cuando se abalanzó sobre Cubillo con un cuchillo en el zaguán de la casa de éste en su exilio en Argel. «El otro me cogió por detrás, mientras Alfonso me rajó de arriba a abajo. Yo mismo tuve que meterme las tripas», dijo. El número uno del Mpaiac sobrevivió, aunque con graves secuelas físicas.

Un tráiler de la película, con un extracto del cara a cara, podrá verse en el festival para productores «MiradasDoc», que se inaugura este domingo en Guía de Isora. Pero habrá que esperar al menos un año para ver un filme que describe con detalle cómo el servicio secreto español intentó de forma chapucera eliminar la amenaza independentista.