Oviedo, M. P.

El paisaje de las previsiones del INE dibuja una región con menos gente y más vieja. La estadística vuelve a poner cifras a la tendencia al envejecimiento de la población asturiana y dan por cierto que dentro de diez años el Principado tendrá 11.500 octogenarios más de los que tiene en 2008, un incremento próximo al 16 por ciento, y a cambio muchos menos niños, unos 4.000 menos que hoy si se cuentan sólo los menores de cinco años. Buscando las cifras absolutas, la pirámide poblacional diferida que ha elaborado el INE encuentra que dentro de una década habrá en Asturias 253.356 habitantes en la edad actual de la jubilación, mayores de 65 años, una cifra que incrementa el último dato oficial del padrón en unas 18.000 personas.

Lo que no cambia es la longevidad de las mujeres. Ya en la actualidad el número de asturianas mayores de ochenta años duplica al de hombres y esa proporción se mantendrá, dice el INE, en 2019, aunque con las cifras totales de ambos sexos sensiblemente incrementadas, con más de 4.000 hombres y 7.000 mujeres más en esa franja de edad. Las implicaciones sociales del envejecimiento de la población, que responde a una tendencia fija en las estimaciones poblacionales que se refieren a Asturias, no son leves, toda vez que un estudio del Ministerio de Economía valoraba el pasado enero que un ciudadano mayor de 75 años cuesta al Estado cinco veces más que un adulto de entre 15 y 44.