Pravia / Colloto (Oviedo),

V. DÍAZ PEÑAS

Se definen como una familia, dicen que su afición es una forma de vida y se sienten enganchados a la sensación de libertad que les provoca rodar en su motocicleta Harley Davidson. Son los miembros del Asturias Chapter, el único club oficial de la región que cuenta con el respaldo de la «motor company», conocida así entre los adeptos a la marca. Son una treintena de moteros que este año quieren dar un empujón a la agrupación. Tras el cambio en la junta directiva, ya trabajan en lo que será su gran proyecto: convertir la Vía de la Plata entre Gijón y Sevilla en una versión española de la mítica Ruta 66, la carretera que originalmente cruzaba Estados Unidos de Este a Oeste, símbolo de la búsqueda de la libertad y protagonista de novelas, películas, canciones y hasta videojuegos.

El Asturias Chapter forma parte del HOG (Grupo de Propietarios de Harley Davidson), el mayor club de moteros del mundo. La agrupación cuenta con más de un millón de socios y tiene representación en 119 países. El de Asturias es uno de los 1.370 chapters en los que se subdivide la asociación de fieles a la mítica marca. Los asturianos, que cuentan con una treintena de miembros, formalizaron su filial hace unos años. Sin embargo, como aseguran, todavía no han comenzado a dar todo de sí mismos. «Normalmente los chapters no están a pleno rendimiento hasta que llevan cuatro o cinco años funcionando. Hasta ahora no teníamos mucho movimiento, pero este año queremos dar el "pistonazo". Vamos a volcarnos con la Ruta de la Plata», explica Manuel Ángel Roza, tesorero del Asturias Chapter y comercial.

La intención de estos enamorados de su moto es hacer en España un recorrido que se asemeje a la mítica Ruta 66 que cruza Estados Unidos de costa a costa. Por ello rodarán por la Vía de la Plata desde Gijón a Sevilla el próximo mes de abril. «Será una ruta turística y gastronómica. Queremos conocer sitios y pasarlo bien. Por eso haremos el recorrido antiguo y tradicional evitando las grandes carreteras. Al fin y al cabo, a la familia de Harley no le gusta correr, sino disfrutar del viaje sintiendo cada kilómetro», apunta Ignacio Canella, presidente del Chapter y jefe de la Policía Local de Pravia. Él, como el resto de sus compañeros, ve en su pasión una manera infalible de desconectar de la rutina diaria.

Los miembros del Asturias Chapter se consideran una familia. Cada uno proviene de profesiones muy dispares, pero tienen una cosa en común que los une: son devotos de sus motos. «Hay gente que prefiere esquiar o pescar. A nosotros lo que nos gusta son las motos. Y no hay moto como la Harley. Yo tuve otras marcas, pero te aseguro que esto es distinto», comenta Secundino González, subdirector de la agrupación.

Cada uno de ellos tiene su moto personalizada. Y es que, como afirman, no hay Harley Davidson que sea igual a otra, salvo cuando salen de la fábrica. «Cada uno decora su moto como si fuera un reflejo de su personalidad. Hay quien se gasta más del doble de lo que le costó la moto en personalizarla. Esto es peor que tener gemelos», comenta entre risas Francisco Rodríguez, secretario del club al que todos conocen como «Alpaca». El cuero también los identifica y los define. Además, les aporta seguridad en el caso de caída.

Junto a la Vía de la Plata, estos moteros organizarán cinco rutas por Asturias y otras tantas actividades. Y es que, como apunta Miguel González, lo que más les gusta es salir a rodar con su máquina disfrutando del viaje con todos los sentidos. «Nuestras motos no invitan a correr, sino a disfrutar. Sentimos el motor, apreciamos el viento y olemos la hierba fresca o el cucho. Nos sentimos libres».