Oviedo, Ignacio PULIDO

La crisis económica y la subida del precio del oro han dado lugar a un florecimiento de la compraventa de este metal precioso, encumbrado como uno de los depósitos de valor más seguros frente a la incertidumbre. Y es que cada vez son más los asturianos que, ahogados por la falta de liquidez, acuden a estos negocios donde reciben dinero inmediato a cambio de sus joyas, cuyo principal destino es la fundición. Aunque no siempre.

La compraventa de oro es un negocio que tradicionalmente ha gozado de un comercio habitual. De todos modos, el actual bache económico que atraviesa el país estimula, desde hace unos seis meses, un incremento del número de gente que hace uso de este servicio. «Cada vez acuden personas más dispares, incluso individuos que nunca se imaginaron verse en una situación así», advierte un comprador que ha preferido mantener su anonimato. Y añade: «En épocas de crisis la gente tiene que deshacerse de sus joyas porque está en el paro. Es lo primero a lo que se recurre, porque es la manera más fácil de conseguir dinero en efectivo».

Según relatan responsables de este tipo de negocios, en tiempos de bienestar el perfil del cliente suele corresponderse con el de una persona de clase media-baja.

La crisis ha roto este patrón. «Acude todo tipo de gente. El problema con el que nos solemos encontrar es que se trata de personas sin ahorros que viven al día. Les viene una factura de, por ejemplo, 1.000 euros y no tienen plan familiar para pagarla», sostiene el propietario de un negocio de compraventa de oro.

En otros establecimientos consultados se advierte de que la mayoría de los clientes son inmigrantes.

Al alza de personas que deciden empeñar sus joyas se une la subida del precio del metal precioso. Detrás del incremento del precio del oro se encuentra la gran demanda de países como China y la India, donde las incipientes clases medias guardan un especial aprecio por las joyas realizadas con el metal dorado. Asimismo, la falta de confianza en el dólar o el euro ha provocado que los inversores opten por el oro como un valor seguro.

Sin ir más lejos, los compradores afirman que el precio del oro se ha duplicado durante el último año y medio. A pesar de que no existe un valor tope, sino que fluctúa a diario en función de la oferta y la demanda del mercado internacional, el gramo de oro puro se cotiza en torno a los veintiséis euros. «Es un valor que puede romperse con la crisis. Mañana puede valer veintidós o veintisiete euros, nunca se sabe», subraya un comprador.

El destino de las piezas vendidas es la fundición en el 99 por ciento de los casos, puesto que el negocio de la joyería también se ha visto seriamente afectado por la crisis.

«A día de hoy es muy difícil darle salida. Se trata de un artículo de lujo muy difícil de colocar», precisa uno de los comerciantes encuestados por LA NUEVA ESPAÑA.

Del mismo modo, cabe señalar que las piezas vendidas son en su mayoría joyas de poca entidad tales como cadenas o esclavas y tan sólo en casos muy excepcionales se compran artículos de lujo, si bien se asiste a un afloramiento de piezas antiguas de gran peso.

Por lo general, la mayoría de las piezas acaban en fundición, aunque no todas, comentó un comprador ovetense. «Algunas piezas de lujo se libran de la fundición», añade.