Conexión asturiana

La conexión asturiana en la historia de Martínez no se agota en sus orígenes familiares. Otro asturiano, el diplomático ovetense Javier Vallaure, entonces cónsul en Miami, más tarde embajador en Angola y actual introductor de embajadores en el Ministerio de Exteriores, fue un «ángel de la guarda» para Martínez.

Días frenéticos

El embajador relata con pelos y señales aquellos dos días posteriores a la puesta en libertad de Martínez. En su despacho y en su casa de Coral Gables no paraban de sonar los teléfonos. «Me lo llevé a casa y recibí críticas, pero volvería a hacerlo». Vallaure tampoco olvida sus viajes de Miami a Tampa para llevar y traer documentos. Como representante de España comunicó a Martínez que era libre y le entregó su pasaporte español.

La Constitución en la mano

Vallaure colaboró de forma indirecta en la resolución del «caso Martínez». «Agumenté que Joaquín José es un ciudadano español, donde la pena de muerte es anticonstitucional, por tanto a él no podría aplicársele».

Inocencia

Las fotos del ex preso en el jardín de la residencia consular dieron la vuelta al mundo. Vallaure nunca dudó: «Siempre estuve seguro de su inocencia».

Tocar la arena, la obsesión

La primera noche de libertad cenó tortilla española, salmón ahumado y chorizo frito, con vino de Rioja y cava. Vallaure le ofreció un puro, que tuvo que dejar a la mitad porque se mareaba. Al día siguiente, de camino al aeropuerto, paró en la playa. Quería ver el mar y tocar la arena, su obsesión.