Oviedo, M. J. IGLESIAS

Joaquín José Martínez conoce bien los entresijos del sistema judicial americano y sabe que ha tenido suerte. Mucha suerte. El ex preso de origen asturiano lleva nueve años abanderando la causa contra la pena de muerte. Se ha marcado como objetivo ayudar en la puesta en libertad de Pablo Ibart, otro español, sobrino del mítico boxeador Urtain, condenado a la silla eléctrica, que espera la reapertura de su caso. No es fácil. A priori, Ibart parte con los mismos mimbres que fueron tejiendo la libertad de Martínez. Uno de ellos, el abogado de Miami Peter Raben, un primer espada que defendió la inocencia de Martínez, pero el proceso no avanza al mismo ritmo.

El tercer juicio de Pablo Ibart dio comienzo el 17 de abril de 2000. El jurado lo declaró culpable el 14 de junio y fue condenado a muerte. Por esas fechas Raben consiguió que Martínez saliese libre. Fue entonces cuando la familia Ibart contrató sus servicios.