Kike Gómez Haces, nuestra querida Kike, nos acaba de dejar. Su muerte, no por esperada, resulta menos dolorosa. Emprendedora, vital, desprendida, inteligente, perseverante, alegre? creo que podría llenar una página de LA NUEVA ESPAÑA con las cualidades de esta gran mujer.

Tanto en la Cámara de Comercio de Oviedo, donde tuve el honor de contar con ella en el comité ejecutivo, como en FADE, con su presencia en la junta directiva como presidenta de Asem -coordinadora, como prefería que la llamasen-, estamos profundamente consternados por su muerte.

Kike, como ya dije con ocasión de su homenaje del pasado mes de diciembre, era una persona muy especial, luchadora, sin dobleces, que siempre decía lo que pensaba y que peleaba por lo que creía. Por eso hoy somos tantos los que la lloramos.

Pero la tristeza no se compadece con el carácter de Kike. Seguro que -si pudiera- ya nos estaría «riñendo» por nuestro abatimiento y animando a seguir trabajando por las empresarias a las que entregó lo mejor de su vida.

Una vida fructífera, llena de logros, de esfuerzo. Una vida vista a través de sus cada vez más atrevidas gafas de colores: de los colores de la esperanza, de la bondad y del amor al prójimo.

Descanse en paz.