Oviedo, J. L. S. / P. G.

La lucha de Kike Gómez Haces, fundadora de la Asociación Empresa Mujer (Asem), contra su tumor cerebral comenzó el 4 de marzo del año pasado. Ese día, su hermana, Charo Gómez Haces, notó que comenzaba a decir y hacer cosas raras. Al día siguiente entró en el quirófano para ser operada. Su familia y amigos aseguran que llevó su enfermedad con mucha naturalidad. «Nunca trató de ocultar lo que le estaba pasando y seguía con la misma gana de trabajar y de tirar hacia delante que antes», asegura una de sus colaboradoras en Asem.

Al principio, Gómez Haces no era consciente de lo sucedido. En una entrevista publicada en LA NUEVA ESPAÑA días después de salir del quirófano aseguraba que «perdí una semana de mi vida, la previa a la operación, no recuerdo nada. Luego, cuando estaba en la uvi y me desperté de la anestesia me enteré de que me habían operado de un tumor cerebral».

A pesar de que el cáncer cambió de forma radical su vida, Kike Gómez Haces luchó para no perder su rutina. Seguía participando en las reuniones de la Cámara de Comercio y en las de su asociación Asem. Aunque la enfermedad hizo mella sobre su físico, obligándola a ir en silla de ruedas durante los últimos meses de su vida, mantuvo la vitalidad y las ganas de trabajar hasta el final.

Presumía, no obstante, de que su buena fortaleza la estaba ayudando a aguantar «con relativa fortaleza» los efectos secundarios de la medicación que tenía que tomar. El paso más duro de su enfermedad, aseguraba, fue cuando los médicos le dijeron que tenía que desplazarse a Madrid durante varias semanas para poder proseguir con su tratamiento.

Siempre sostuvo que la enfermedad que padecía era «algo tan natural como la vida misma». Y asegura que «hay que desmitificarla, ya que es terapéutico hablar de estas cosas».