A. RUBIERA

Tiene una finca libre, ama la cultura asturiana... Ponga un hórreo en su vida... o una panera. La sociedad que gestiona la Zalia (Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias) prevé vender diez hórreos y paneras afectados por el proyecto industrial que la entidad desarrolla en San Andrés de los Tacones. Cualquier persona que esté interesada en optar a la más típica construcción asturiana, para usarla como vivienda, de adorno o, como toda la vida, para guardar útiles y productos agrarios, puede rellenar la correspondiente solicitud y hacerla llegar a la Zalia. Tiene de plazo hasta el 28 de mayo.

Se trata de la primera operación semejante que se lleva a cabo con construcciones etnográficas afectadas por una expropiación. «Ojalá hubiera sucedido así en otras grandes obras públicas», señaló ayer Enrique Álvarez, gerente de la ZALIA, que sostiene que la idea del concurso la tuvieron al ser conscientes del interés de particulares, empresas y administraciones por hacerse cargo de alguna de las edificaciones de la Zona de Actividades Logísticas. Una vez coordinado con el Ayuntamiento de Gijón y con la Consejería de Cultura se optó por la fórmula de llegar al sorteo. Éste es el primer lote que se ofrecerá, aunque se espera que no sea el último, ya que en la actualidad sólo se está en la primera fase de intervención (1,7 millones de metros cuadrados) de un área logística que alcanza los 4 millones de metros cuadrados. «No hay ningún interés de recaudar ni buscar un retorno económico, sólo de conservar patrimonio. Por eso en algunos casos ponemos precios simbólicos. Queremos facilitar que estas construcciones puedan llegar a mucha gente que está interesada en ellas, y que las prefiere con solera y sabor, más que nuevas».

Los interesados deberán acompañar su solicitud de la tramitación y el visto bueno de la Dirección de Patrimonio de la Consejería de Cultura para la reubicación de esa construcción etnográfica. Una de las condiciones que pondrá Cultura es la obligatoriedad de que el hórreo o panera que se vaya a trasladar se vincule a una vivienda en la parcela de destino. La Zalia prevé ingresar por estas ventas 37.000 euros más IVA. Todas las edificaciones tienen un precio tasado (entre 2.000 y 5.500 euros) «que consideramos simbólico», sostiene el gerente, Enrique Álvarez, y no habrá subasta al alza en caso de que hubiera más de un interesado en alguna de ellas. Si se diera ese caso, se dará prioridad a la petición que suponga la reubicación del hórreo o panera en Gijón, «para no desnaturalizar el patrimonio etnográfico» del concejo. Si no, se procederá a un sorteo.

Aproximadamente diez días después a la fecha de cierre del plazo para solicitar alguna de estas construcciones, los responsables de la ZALIA esperan que se lleve a cabo el sorteo para las adjudicaciones. Luego se abrirá otro plazo para las firmas de los contratos y, casi inmediatamente, se obligará a los nuevos propietarios a llevar a cabo el desmontaje y traslado. Para eso tendrán un plazo de 15 días y si hubiera demora, se aplicarán penalizaciones económicas. A la ZALIA le urge tener el campo libre. Los interesados pueden obtener más información en www.zalia.es.

Los hórreos y las paneras no gustan sólo a particulares. Instituciones, ayuntamientos, organizaciones y empresas han llegado a consultar a la ZALIA por alguna de sus construcciones etnográficas. Y ella, encantada de llegar a acuerdos. «En estos casos no irán a sorteo ni entrarán en este proceso. Es cuestión de sentarnos y hablar», afirma Enrique Álvarez. El primer acuerdo ya está cerrado y AENA instalará en la finca del aeropuerto de Asturias, en Santiago del Monte, una importante panera del conjunto expropiado en San Andrés. «Ya está desmontada y pendiente de que se la lleven para que la puedan disfrutar todos los viajeros del aeropuerto», indicó Álvarez, que también aseguró que no todas las edificaciones se van a trasladar, ya que «en algunas de las zonas verdes de nuestro espacio también vamos a dejar algún hórreo o panera». Tras un inicio conflictivo en lo que respecta al aprecio que la ZALIA mostró por los hórreos y las paneras -los vecinos llegaron a denunciar su desaparición-, ahora procede cuidar la conservación.