Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

El tratamiento contra el ruido ralentiza la tramitación del proyecto para construir el tercer carril de la «Y». El Ministerio de Medio Ambiente ha exigido al de Fomento que garantice y amplíe las medidas correctoras necesarias para que la actuación en la autopista no suponga un incremento del nivel de contaminación acústica por encima de lo permitido. Se trata de una condición indispensable para dar la luz verde al proyecto y el motivo por el que el departamento que dirige Elena Espinosa ha reclamado al de José Blanco que le remita información adicional al plan de ruido incluido en el estudio informativo.

La documentación ya ha salido de Fomento y está en poder de los técnicos de Medio Ambiente, que deberán decidir sobre la viabilidad medioambiental de una iniciativa que costará en torno a cien millones de euros, según las primeras previsiones.

Fuentes de Fomento han confirmado que la tramitación inicial en este Ministerio ya está concluida y que el futuro del proyecto depende de los informes medioambientales. La documentación adicional en materia de ruido fue remitida hace un mes a Medio Ambiente, por lo que se espera que la decisión final llegue en breve. De salir adelante el trámite medioambiental, sería el momento de encargar la redacción del proyecto y de la ejecución de las obras, si bien la cantidad incluida en los Presupuestos Generales del Estado de 2010 para esta actuación es muy reducida y apenas da para la financiación de los proyectos.

La actuación que pretende ejecutar Fomento, que se basa en una propuesta diseñada por la Demarcación de Carreteras, consiste en aprovechar la mediana de la autopista a través de un modelo mixto, de tráfico ligero y pesado, en función de las condiciones de la circulación. El carril interior no estará separado físicamente del resto de la calzada y, en principio, podrá ser usado por todos los vehículos. No obstante, cuando se detecte que la densidad circulatoria es especialmente alta, se destinará en exclusiva a los vehículos que presenten una alta ocupación y a los camiones, con el objetivo de evitar que generen retenciones.

De acuerdo a la alternativa elegida por Fomento -que, en un primer momento, también estudió una posible ampliación hacia los arcenes- la actuación se completará con una señalización específica, a base de paneles electrónicos destinados a advertir a los automovilistas sobre cuándo está permitido circular por este carril, algo que se decidirá en función de la densidad de tráfico que haya en cada momento.

La anchura de la calzada de la «Y» una vez ejecutada la actuación será de diez metros y medio, sumando los tres carriles. Además, el proyecto incorpora un pequeño arcén interior, de metro y medio de ancho. Para los viaductos está previsto construir los tableros complementarios necesarios para poder mantener los tres carriles en cada sentido.

Fomento estima que con una inversión de cien millones de euros podrá acometer la ampliación de la autopista Oviedo-Gijón-Avilés y superar los graves problemas de tráfico que se originan en determinadas horas del día, sobre todo a primera de la mañana y a última de la tarde, y en jornadas festivas de especial afluencia de vehículos. De acuerdo con los balances oficiales de Fomento, la «Y» soporta una media diaria de 75.000 vehículos y cuenta con un tramo especialmente saturado. Se trata del que discurre entre Lugones y Llanera, con abundante tráfico industrial.

La alternativa escogida por el Ministerio ha recibido críticas desde diversos ámbitos. El Colegio de Ingenieros de Caminos ha advertido, en consonancia con los transportistas profesionales, de que la decisión de utilizar la mediana para ampliar los carriles puede incidir en la «acreditada» seguridad de la autopista, construida hace ya tres décadas.

Además, el Colegio de Ingenieros también duda de que la actuación prevista sea capaz de mejorar la situación general del tráfico en el centro de la región. Muy por el contrario, advierte de que puede «incidir negativamente en la distribución del tráfico entre las autovías del espacio central asturiano, al crear un tráfico inducido sobre la «Y» que produciría un efecto contrario a su descongestión». Según esta visión, «un tercer carril atascaría la circulación en ausencia de actuaciones complementarias, como conexiones con las autovías Mieres-Gijón, Avilés-Langreo y Oviedo-Gijón».