Santiago del Monte,

I. PULIDO / J. ORDÓÑEZ

Tras las frías estadísticas de cancelaciones y retrasos que día a día engordan la crisis aérea originada por el volcán Eyjafjalla se esconden cientos y cientos de peripecias humanas. Desventuras de unos viajeros que se quedan «tirados» en aeropuertos de media Europa, entre ellos el de Asturias, a miles de kilómetros de distancia de sus destinos. Es el caso de los pasajeros de un vuelo de Easyjet entre Londres y Santiago del Monte, que tuvieron que realizar el viaje de regreso a la región en autobús, después de que su avión quedara anulado a causa del cierre del espacio aéreo el pasado domingo. En total, 22 horas de viaje por carretera que se sumaron a la larga espera previa en la terminal británica de Stansted.

«Por fin en casa». El alivio era la tónica general entre esos cuarenta y nueve viajeros que, tras casi un día completo metidos en el autobús, tocaron tierra en el aeropuerto de Asturias cerca ya de las nueve de la noche de ayer. No era para menos. Algunos habían llegado a la capital británica tras haber cubierto previamente otros vuelos procedentes de Alemania o de Polonia. Es el caso de Johnatan Álvarez, un gijonés que se encontró con los problemas aéreos en Londres después de unos días en la ciudad alemana de Düsseldorf, junto a seis familiares. Éste es su relato: «Salimos de Düsseldorf a las siete de la mañana. En el aeropuerto londinense de Stansted teníamos que coger el avión de Easyjet de las 13.25 horas. Los carteles informativos indicaban en todo momento "espere, por favor" y tardaron varias horas en avisarnos de que los vuelos serían cancelados». Fue entonces cuando se inició el particular calvario para los viajeros. «En la terminal había una cola de más de mil personas reclamando por las cancelaciones. A los de Asturias nos fueron cogiendo uno a uno y dispersándonos por el aeropuerto», comenta otra de las afectadas, de regreso en la región.

A la vista del trato «lamentable» que recibían de Easyjet, un grupo de viajeros, sin libras en el bolso y desesperados por la situación, decidió tomar cartas en el asunto. Contactaron con la compañía Alsa y lograron contratar un autobús para regresar a Asturias. Jaime Nicolás asegura que el servicio de la empresa asturiana fue «excelente». En un par de horas ya disponían del vehículo. Consiguieron salir de Londres en torno a las diez de la noche, para alcanzar el continente tras cruzar el canal de la Mancha en ferry. El viaje salió a un precio de 195 euros por pasajero.

Sin embargo, no todos los afectados por la anulación del vuelo pudieron subir al autobús fletado por Alsa. Un hombre recién operado de la espalda tuvo que quedarse en Stansted, tras ser aconsejado por su médico, mientras que otros optaron por volar a diferentes terminales españolas que estaban abiertas para, después, regresar a sus casas en autobús o en tren. Según este grupo de viajeros asturianos, la clausura de la actividad en Santiago del Monte también afectó a varios estudiantes de la comarca occidental que, el domingo, trataban de volver a la región desde Londres.

Aunque la situación ya fue considerablemente mejor que durante el fin de semana, el aeropuerto de Asturias también fue escenario ayer de largas esperas de pasajeros. La principal demora afectó al vuelo de Easyjet que iban a coger unos estudiantes del Colegio San Rafael de Villaviciosa para viajar hasta Londres. Según confirmaron fuentes del gestor AENA, el avión despegó de Santiago del Monte con casi cinco horas de retraso sobre el horario previsto. Las restricciones del tráfico aéreo en Barcelona también motivaron una demora cercana a las cuatro horas del vuelo de la compañía Vueling entre la terminal del Prat y Santiago del Monte con salida fijada para las cinco menos cinco. Eyjafjalla no perdona.