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Desempleada

Boal, R. L. M.

Loreto Castaedo tiene 34 años y lleva casi uno en el paro, esperando alguna oportunidad para trabajar como dependienta. Pero nada. «Cada vez está peor la cosa», concreta. Vive con los 426 euros mensuales que cobra en concepto de subsidio por desempleo, pero aclara: «Si no tienes una familia que te respalde, con este dinero no se puede llegar a fin de mes sin vivir en la marginalidad». Ella la tiene. Vive con su madre, en Boal. Asegura que los recortes en los sueldos de los funcionarios que acaba de anunciar el Gobierno no son más que otra forma de que «sean los currantes los que paguen la crisis. Los perjudicados serán los funcionarios menores, que son los más necesarios y los que más trabajan. El argumento de que ellos tengan un puesto asegurado y deberían sentirse confortados no me parece que se sostenga, los recortes deben incidir en quien se está llenando los bolsillos», argumenta con cierto cabreo, el que se le mete en el cuerpo cuando alguien le nombra a Zapatero. Si se para a analizar el futuro, ahora que tiene tiempo libre, no duda en asegurar: «Lo que está claro es que los políticos van por un lado y la población por otro. Estoy harta de que nos tomen el pelo».

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Autónoma

Grado, R. L. M. / L. V.

Sandra González lleva mucho tiempo notando que vende menos revistas, menos periódicos y menos regalos «de porque sí», de esos que no necesitan sostenerse sobre un cumpleaños o un aniversario de boda. En su librería de Grado el esfuerzo de las horas que pasa detrás del mostrador no se ve siempre recompensado, porque «la gente tiene menos posibles y recorta gastos en lo que no es prioritario», asegura esta autónoma, de 26 años. Sandra González cree que los autónomos son siempre los grandes damnificados cuando el Gobierno aplica un recorte u otro. «Somos los que menos ayudas tenemos, los que no contamos para nada. Y espera: que ahora, cuando suban el IVA, otro golpe más para nosotros», asegura. La joven moscona hubiera preferido que Zapatero hubiese aplicado recortes «justos». Y aunque cree que hay funcionarios que «cobran demasiado», tampoco está de acuerdo con que todos los empleados públicos paguen la factura de la crisis. «Hay que diferenciar entre la gente que cobra buenos sueldos de la que es mileurista, y eso debería hacerlo el Gobierno. Yo no soy experta, pero no hace falta saber mucho de economía para ver qué es justo y qué no lo es», concreta.

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Funcionaria

Oviedo, R. L. M.

Funcionaria, que no rica. Marisol Gómez quiere, antes de protestar de forma contundente contra el recorte del 5% que les aplicará el Gobierno sobre sus sueldos, que la gente sepa que ser funcionario «es mucho más que un horario de ocho a tres detrás de una ventanilla. La gente está muy equivocada cuando piensa que somos privilegiados», concreta. Ella, hija de obrero, tuvo que dedicar muchos años, mucho dinero y esfuerzo para lograr tener la plaza en propiedad. Ahora lleva treinta años con un trabajo fijo, como funcionaria. «Soy educadora en el centro de atención a la discapacidad del Naranco», afirma Gómez. Está ofendida y «dolida» con el Gobierno porque cree que «aparte de la reducción de sueldo, lo que no se puede entender es que se nos aplique sólo a nosotros», asegura. Dice Marisol que ella todavía no se ha parado a pensar de dónde va a recortar para llegar a fin de mes, porque «yo ya voy tan apurada ahora que ni me lo planteo». Lanza un aviso: «Que se sepa que la mayoría de funcionarios cobramos entre 900 y 1.400 euros al mes», apostilla. Teme que vengan tiempos peores. «Ya verás cómo recortan puestos de trabajo y las necesidades seguirán siendo las mismas», remata.

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Jubilado

Grado, R. L. M.

A Ramón Villarino la alegría y la tranquilidad de la jubilación le han durado poco. Apenas lleva un año cobrando su pensión y ya sabe que se la van a congelar. «¿Y para eso llevo toda la vida trabajando en la madera?», se cuestiona en voz alta desde su casa de Grado, donde acaba de ver una película de vaqueros, que es a lo que más dedica ahora su tiempo libre. Villarino está en contra de las medidas que ha tomado Zapatero para paliar la crisis. «Yo no soy ningún entendido en economía, pero pienso que hay mucha gente haciéndose rica que cobra más que los jubilados, y a ésos nadie les recorta nada», afirma el jubilado. En cuanto a la bajada del sueldo de los funcionarios, el moscón tiene claro algo: «Nunca me alegro de que a un trabajador le recorten el sueldo. Pero si no quedaba más remedio...». De momento, ya sabe que el año que viene no cobrará más, así que tampoco tendrá que preocuparse ni de cuánto será el IPC, porque «voy a quedarme como estoy... eso sí, los precios subirán, claro», remata. Ramón Villarino ya está cansado de la crisis, de los políticos, de la economía y de los números que echan humo. «Yo prefiero ver películas porque los políticos... ni ellos mismos se entienden», remata.