Oviedo, R. L. M.

«Quizá la invernada haya retrasado el celo y pueda verse alguno más, pero todos sabemos que el urogallo cada vez está peor, la situación es catastrófica». La frase, así de clara y contundente, es de Roberto Hartasánchez, presidente del Fapas, que asegura que en Asturias se ha perdido muchísimo tiempo con el urogallo y «aquí están los resultados». El Fapas afirma que en Asturias «lo único que se ha hecho son pajas mentales universitarias para intentar saber por qué ya no hay urogallos, pero ninguna intervención», concreta Hartasánchez.

Pero Asturias no es la única comunidad en la que la población de urogallos ha caído en picado. Lo mismo ha pasado en toda la cordillera Cantábrica y hoy, en España, se puede decir que la única zona en la que todavía hay urogallos es en los Pirineos. No obstante, lo cierto es que sólo Castilla y León ha publicado un plan específico para la recuperación de la especie, algo que, además, es obligatorio cuando se declara una especie en peligro de extinción. En Asturias, se aprobó en 2003 el plan de conservación del hábitat del urogallo cantábrico, pero, según datos de este año, parece que poco se ha podido conseguir, al menos, en lo referente a la presencia de la especie. Eso sí, el Principado se muestra más optimista que los expertos ya que, según Gaona, hay más de 200 ejemplares en Asturias, un número que se aleja mucho de los avistamientos de los guardas.