Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

La ley de tenencia de animales potencialmente peligrosos no se cumple por parte de numerosos propietarios y hay escasa prevención para evitar desgracias de tal magnitud como la acaecida el pasado sábado en Pontevedra, cuando un perro pit bull acabó con la vida de un niño de dos años de edad. Es el diagnóstico de adiestradores caninos asturianos, convencidos de la necesidad de incidir en la responsabilidad que se contrae al adquirir un perro, y más si se trata de un ejemplar de presa de las características del pit bull, raza de moda entre la juventud y cuya población va en aumento.

Inés Jiménez, de la escuela de adiestramiento «Ciudadano Can», que opera en toda Asturias, lamenta que «hay gente que se compra un animal de este tipo sin analizar bien lo que conlleva». Y es que, según indica, «un pit bull no es un animal de compañía como un caniche, por lo que sus propietarios, tienen que extremar las precauciones, especialmente cuando hay niños pequeños, porque los pueden confundir con presas y atacarlos aunque los conozcan, como parece que ha ocurrido en el caso de Pontevedra». A este respecto, la experta subraya la necesidad de «prevenir y consultar con expertos las características de estas razas».

Ignacio Antuña, del centro canino «El Xelán», en Siero, incide en la misma línea y sostiene que «quien vaya a adquirir un perro debe de tener claro cómo es y si encaja en su forma de vida». Aunque reconoce que los perros de las características del pit bull tienen «más posibilidades de ocasionar un incidente», un comportamiento agresivo es «evitable con una buena educación desde cachorro y si el ejemplar está en el sitio y en las condiciones adecuadas para sus características».

Mientras el mortal ataque del sábado reabre en España el debate sobre los perros peligrosos, Venezuela acaba de anunciar que la raza desaparecerá del país en 2015. Se trata de una medida similar a la que ya rige en países como Holanda o Dinamarca, donde está prohibida la cría o posesión de estos animales.