Oviedo, Marta PÉREZ

El portavoz del PSOE en la Junta General del Principado, Fernando Lastra, se ha quedado solo en su petición al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, para que «se remangue la falda y arrastre los huevos por la calle con los demás» antes de criticar al Gobierno por la crisis. La polémica suscitada por las declaraciones de Lastra en respuesta a las críticas del Arzobispo a la política del Gobierno -Sanz Montes ve al Ejecutivo «desnortado» y aplicando medidas «tardías- siguió ayer coleando. Eso a pesar de que el diputado llegó a disculparse desde las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, asumiendo que se equivocó en las formas. Formaciones políticas de izquierdas y de derechas, la comunidad eclesiástica, e incluso la asociación Asturias Laica censuraron ayer las formas del diputado socialista. Si alguien estuvo de acuerdo, no se atrevió a expresarlo públicamente.

Tanto la Federación Socialista Asturiana (FSA) como los socios de Gobierno del PSOE, Izquierda Unida (IU), rechazaron ayer pronunciarse sobre las declaraciones de Fernando Lastra. Sí lo hizo, en cambio, el presidente del PP en Asturias, Ovidio Sánchez: «Sólo faltaba que un obispo fuera agredido por emitir una opinión, por ejercer su libertad de expresión», dijo el presidente del PP, quien considera, además, las palabras de Lastra «una agresión, verbal, pero una agresión, y de una gravedad tremenda». Asimismo, Ovidio Sánchez considera que «a la Iglesia lo que hay que hacer es darle las gracias por su enorme labor social, especialmente en estos tiempos de crisis en los que su trabajo con los más desfavorecidos resulta impagable». Para el presidente del PP, Fernando Lastra utilizó «una dialéctica guerracivilista y de enfrentamiento, demostrando, además, un nulo respeto por las libertades». Concluyó diciendo que «si el señor Lastra tiene alguna duda sobre la labor de la Iglesia, sólo tiene que comparar la gente que pide a las puertas de los templos y la que lo hace a la puerta de la sede de la Federación Socialista Asturiana».

El portavoz de Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda (ASCIZ), con representación en el Ayuntamiento de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos, también considera «desafortunadas» las palabras de Lastra. «Yo creo que los ánimos están muy encendidos y creo que hemos pasado de la lucha de clases a la lucha de frases. En este nuevo devenir de la lucha de frases no tiene que molestarse absolutamente nadie porque un arzobispo tenga opiniones políticas. La Iglesia es una de las instituciones más políticas que ha tenido la humanidad y que tiene en la actualidad y, por tanto, si la Iglesia hace una crítica política deberá de responderse con argumentos políticos, sin asustarnos». No obstante, Sánchez Ramos lamenta que las palabras del Arzobispo «vengan ahora, en época de vacas flacas».

Por su parte, el presidente de la asociación Asturias Laica, José Luis Iglesias, opina que un obispo «tiene todo el derecho del mundo a dar su opinión sobre la política del Gobierno» y asegura que lo que no entiende es que Lastra «se ponga así, teniendo en cuenta que pertenece a un Gobierno que entrega 7.000 millones de euros al año a la Iglesia, dinero que bien se podría emplear para ahorrar», sostiene.

En la comunidad eclesiástica una de las personas que se mostró más críticas con las palabras del diputado socialista, al menos en público, fue el párroco de San Juan de La Corredoria, Alfonso Abel Vázquez, que escribió en su blog de internet una entrada dedicada al diputado socialista titulada «Así son los rojos y ateos intolerantes como el señor Lastra». En ese escrito, el párroco de La Corredoria llega a plantear un reto: «Le invito a venir a enseñarme los huevos, y ya mediremos». También en Oviedo, el párroco de Pumarín, José María Lorenzo, ve las declaraciones «impropias» del portavoz de un partido político. «Hay que saber dirigirse y criticar con respeto. Cuando faltan argumentos, a veces se suele reaccionar así», dice. El párroco de Santa Bárbara de Llaranes, en Avilés, José María Murias, ve la frase «un poco grosera y fuera de la diplomacia necesaria entre instituciones».

El más comprensivo con Lastra fue el párroco de Fátima en La Calzada (Gijón) José María Bardales. «La expresión es desafortunada, el Arzobispo tiene derecho a expresarse, pero los términos que utilizó son peligrosos: utilizó los mismos términos que el PP, aunque no creo que lo haya hecho adrede», sostiene. «Los obispos corren el riesgo de identificarse con la derecha, y es peligrosísimo», opina Díaz Bardales.