Respeto muchísimo al que es conservador de verdad, pero hay pocos. La mayor parte de los que se dicen conservadores no tienen interés en conservar nada que valga la pena, como por ejemplo la naturaleza o el patrimonio arquitectónico, y en cuanto a otras cosas, como la patria, le han hecho más daño por arriba, con su empeño en la globalización, que por abajo todos los separatismos juntos. En cuanto a la memoria histórica, ¿quién debería tener más interés en recobrarla que un verdadero conservador? La defensa que los conservadores hacen de la jurisdicción nacional frente a la universal (que por ejemplo sostiene Garzón) podría ser coherente si no defendieran a la vez la jurisdicción universal del dinero, que es en lo que al final ha consistido la globalización. No vale pregonarse patriotas y al mismo tiempo elevar a boletín oficial, y hasta a libro sagrado, el «Wall Street Journal».