Oviedo, Raquel L. MURIAS

Los taxistas asturianos no quieren ni oír hablar del reciente informe de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) en el que se asegura que la calidad de este servicio deja bastante que desear. Según los datos de la OCU, que detectó 523 infracciones en 193 carreras en taxi en diferentes ciudades de España -entre ellas Oviedo-, la mayoría de los taxistas no lleva las tarifas a la vista, utiliza la picaresca para ir por el camino más largo y algunos de ellos no llevan a la vista ni el número de licencia ni los datos esenciales para presentar una reclamación. Además, la OCU también apunta que el precio del servicio se ha incrementado en un 58% respecto a 2001.

Pero mientras la OCU dice esto, los taxistas asturianos se echan las manos a la cabeza y aseguran que nada de lo que asegura el estudio es verdad. Tal es así, que desde la asociación de empresarios del auto-taxi del Principado de Asturias, uno de los colectivos mayoritarios en la región de este sector, ya se están planteando presentar una querella por «mancillar y manchar nuestro oficio», asegura Marino Álvarez, presidente de este colectivo y dueño del taxi 230, que recorre a diario las calles ovetenses. Es uno más de los 724 taxis que hay funcionando a diario por Oviedo, Gijón y Avilés.

Marino coge como muestra un botón, su coche. Y enseña. «Aquí arriba tienes el número de identificación del coche, que va también en la puerta. Aquí, detrás del asiento del acompañante, va el listado con todas las tarifas. Delante, el taxímetro y todos llevamos libro de reclamaciones», asegura el presidente del colectivo, que no muestra reparos en asegurar que «este informe es interesado».

Pero si les duele que les digan que no llevan todo el aparataje en regla, que les espeten que van por el camino más largo para hacer más caja, les ofende. Beni Fernández es una de los dos chóferes que trabajan para Marino Álvarez en su taxi. «Nunca jamás he llevado a alguien por el camino más largo. Siempre le preguntamos al cliente por dónde quiere ir y si no es de aquí, le llevo por la ruta más corta». Beni remata: «Los taxistas no nos aprovechamos de los clientes, vivimos de ellos y les tratamos con respeto, siempre». Explica Marino Álvarez que el taxista no hace más caja por recurrir al camino largo: «A nosotros lo que nos da dinero es que la gente se suba, la bajada de bandera. ¿A quién se le ocurre que vamos a llevar a alguien desde Uría al Hospital pasando por La Corredoria?», se cuestiona el presidente de la asociación de empresarios. Y abre la puerta. «Sube, vamos a dar un viaje para que veas», afirma. «Y fíjate bien en todo, en el taxímetro, en el tique?».

Arranca el coche, Beni conduce. Marino va detrás. La bajada de bandera son 3,58 euros. «Nosotros damos un buen servicio, los coches están limpios, los conductores, aunque no vayan de traje, van bien vestidos, somos gente agradable», explica el presidente del colectivo. El taxi continúa calle abajo. Parada en un semáforo para que pase una señora mayor con su carrito, luego un niño y una estudiante con carpeta y maxigafas de sol. Un par de semáforos más y vuelta a la parada. Beni le da al botón, para que salga el tique. «¡Que me digan a mí dónde faltan los datos!», pide. Por la boca de un aparatejo empieza a salir un papel blanco, el tique: Marino Esteban Álvarez, licencia 230, matrícula 4103-GBU, el NIF, el número del recibo y el importe: 3,58. «Deja, este viaje lo pago yo, para que sepa la gente cómo funciona», remata Marino. Y Beni sigue su camino, que una voz en off reclama su presencia en Gascona 33.

Son tiempos difíciles para el sector, al que también le pasa factura la crisis. Dicen que hacen un 25 por ciento menos de viajes al año. Por eso, las asociaciones de empresarios del taxi de Asturias han comenzado las negociaciones para llegar a un acuerdo: asumir la subida del IVA que se aplicará en el recibo del usuario a partir del 1 de julio. Los taxistas asturianos quieren paliar los efectos de la crisis. «La gente ya no sale como antes y hemos perdido mucho cliente del que iba a cenar o a tomar una sidra», concreta Marino Álvarez, que añade que «ya el año pasado no subimos las tarifas y ahora vamos a ver si nosotros podemos asumir la subida del IVA sobre el recibo del usuario», apostilla. El incremento que aplica el Gobierno no recaerá en el usuario si las asociaciones del sector alcanzan un acuerdo. «Confiamos en que sí, para que luego nos digan que damos un servicio malo», dice el presidente de la asociación de empresarios del auto-taxi en Asturias.