Magistrado de la Audiencia Nacional, precandidato del PP al Tribunal Constitucional

Oviedo, L. Á. VEGA

El magistrado de la Audiencia Nacional José Luis Requero (Madrid, 1959) se hizo conocido hace unos años como portavoz del Consejo General del Poder Judicial y sus duros dictámenes contra la Educación para la Ciudadanía o el matrimonio homosexual. Ha vuelto a la actualidad con la crisis del Constitucional. El PP le propuso para este tribunal, pero el PSOE lo consideró inaceptable, lo que hizo inviable la renovación. El Gobierno ha reactivado ahora el proceso, tras el ultimátum del presidente Montilla. Requero califica los ataques recibidos por el Constitucional y el Supremo de auténtico «levantamiento contra el Estado de derecho». A Oviedo acudió ayer para hablar de los posibles recursos de inconstitucionalidad de la nueva ley del aborto.

-¿Por dónde se le puede hincar el diente desde el punto de vista constitucional a la ley del aborto?

-Desde la propia doctrina del Constitucional. Esta es una ley de plazos, y el Constitucional, en 1985, dijo que en nuestro ordenamiento no cabía una ley de ese tipo. Tan es así que, durante muchos años, los gobiernos socialistas reconocían que no era posible. El Constitucional dijo que un aborto sólo podría darse en caso de grave conflicto de intereses entre la madre y el no nacido, y no como consecuencia de una decisión unilateral. Además, esa ley obliga a que enseñe en las facultades de Medicina a practicar abortos, con lo que puede haber universidades que planteen la objeción de conciencia.

-Este Gobierno ha planteado leyes de marcado alcance moral.

-Más que de alcance moral, que lo tienen, por supuesto, son leyes de calado ideológico. No estamos ante una ley motivada por una necesidad social, sino por el interés ideológico de hacer presentes los postulados del feminismo radical y por satisfacer los intereses económicos de la industria abortista. Y todo a costa y en contra de la mujer. La mujer, junto al no nacido, es la gran víctima. El gran beneficiado de todo esto es el machismo más recalcitrante. En el momento que se dice que el aborto es un derecho, el hombre queda desvinculado de cualquier responsabilidad. Es la mujer la que tiene que abortar, la que asume las consecuencias psicológicas de por vida, la que tiene que tomar ese cóctel hormonal que es la píldora del día después.

-Hoy mismo (por ayer) se publica que la Generalitat ofrecerá una píldora abortiva para embarazos de hasta siete semanas.

-Es un poco hiriente que en un momento de crisis se paguen este tipo de medicamentos, cuando hay otros de los que está más necesitada la población. Sin obviar que sirven para destruir una vida humana.