La incógnita existente sobre la candidatura del ex ministro Francisco Álvarez-Cascos a la Presidencia del Principado de Asturias estará resuelta en junio, según han informado fuentes de la dirección nacional del PP.

Las mismas fuentes puntualizan que para que la candidatura del que fuera mano derecha de José María Aznar sea una realidad faltan dos requisitos fundamentales: que así lo apruebe el Comité Electoral del PP de Asturias y que tal aprobación lleve detrás la unanimidad de toda la organización regional.

Si ese apoyo casi absoluto no se materializa, la dirección nacional del PP podría demorar el proceso de designación del candidato en Asturias, añaden las mismas fuentes.

En ese propósito de unanimidad juega un papel determinante el Partido Popular de Gijón, muy reacio a la posibilidad de que Cascos lidere el partido en la carrera electoral autonómica, ya que desde hace un tiempo es latente la animadversión entre las partes.

Según destacan las fuentes consultadas, también resulta crucial el papel del presidente de la organización regional, Ovidio Sánchez, antes enemistado con Cascos, pero ahora partidario de que sea él el candidato.

Algunas de las fuentes subrayan como elemento "clave" ese cambio de opinión de Ovidio Sánchez, pues ha catapultado las opciones del ex ministro de Fomento.

Sugieren además que entre ambos se ha producido un acercamiento en las últimas fechas, hasta tal extremo que el presidente del PP de Asturias ha pedido al líder nacional, Mariano Rajoy, que Cascos sea el candidato.

Las razones que alega Sánchez, de acuerdo con la versión de fuentes conocedoras de los planes del presidente del PP asturiano, son las siguientes: el ex ministro es con toda seguridad el aspirante que reúne mayor probabilidad de victoria, no hay alternativa dentro de la formación regional y, sobre todo, Sánchez no quiere de ningún modo repetir en la carrera electoral.

Por tanto, en la sede del PP en Madrid, reina el compás de espera, pero gana peso, cada vez más, la tesis de que Cascos será el elegido, y más tras haber sondeado entre militantes qué les parecía su candidatura.

No obstante, está a la espera de los resultados de una encuesta que ha encargado para conocer los apoyos que tendría Cascos u otros posibles aspirantes del partido a la presidencia asturiana.

A algunos sectores del PP en Madrid, la reaparición del antiguo secretario general del partido en primera línea de la actualidad política suscita preocupación, reconocen algunas fuentes.

En primer lugar, argumentan esas fuentes, porque sólo con ser candidato, Cascos se convertirá en una suerte de barón regional con "alto poder mediático" que "podría incomodar"; en segundo lugar, porque la reaparición del ex ministro "de algún modo derechiza el mensaje" de moderación que prefiere transmitir el PP ahora.

Y en tercer lugar, que Cascos tiene "nula relación" con alguno de los altos cargos del Partido Popular.

Sin embargo, frente a ese sector, figuran los dirigentes que anteponen las aspiraciones reales de Cascos de conseguir la victoria, especialmente porque se trata de un político "muy conocido" a pesar de haber estado más de cinco años alejado de la vorágine política.

Creen estos dirigentes que Cascos podría dar al PP el Principado de Asturias y "hurgar más en la herida" que al PSOE se le puede abrir si se derrumba en las elecciones autonómicas de 2011.

Con todo, se subraya que "una cosa es que Cascos gane en Asturias, que podría ser factible, y otra muy distinta que gobierne, ya que necesitaría la mayoría absoluta".

En cualquier caso, la posición al respecto de la dirección nacional consiste en aguardar la elección del Comité Electoral del PP asturiano. El siguiente paso será la ratificación por el Comité Electoral Nacional.

"Todo se decidirá en 15 ó 20 días", apostilla una fuente.